La opinión de Marc Puig.
«Consiguen transmitir las insondables inquietudes del amor. Sin tapujos y con apelativos»
Y de pronto, me vi ahí retratado. Ah no, que yo soy crítico de teatro y este es crítico de cine, nada que ver. Miré de reojo a mi lado, en el oscuro anonimato del patio de butacas. Mi mujer absorta con el espectáculo. Me consuelo. Vuelvo mi atención a los personajes. Vaya, ahora encuentro a mi esposa reflejada sobre el escenario. Ah no, que ella es licenciada en químicas y esta es bióloga. Uf, menos mal, no están hablando de nosotros. Maldición, con esa misma frase nos conocimos hace un siglo mi mujer y yo. Y visto con detenimiento, incluso creo que este bar era nuestro bar. No puede ser. Solo a mí se me ocurre invitar a mi esposa a uno de mis encargos laborales. Precisamente a este, donde salimos retratados. Me queda el consuelo de su inexperiencia en este ámbito, jamás suele acompañarme, en poco rato espero su bostezo. De todos modos, esta gente nos puede iluminar un poco también a nosotros. Sin duda, tengo la sensación que quieren contarnos algo sobre nosotros, precisamente a nosotros. Algo que probablemente ya sabemos y callamos. Es preferible callar. Cómo ahora, que nos envuelve la reconfortante oscuridad del patio de butacas. Sí, si, dejemos que ellos hablen de nosotros, y nosotros sonreír y callar. Para eso les pagamos la entrada, para que nos digan lo que deberíamos decirnos sin tener que decirlo. Pero nosotros no hemos pagado la entrada, hemos sido invitados. Por mi trabajo, claro está. Y eso me obliga a abrir la boca. Supuestamente para hablar sobre ellos. ¿ Qué puedo decir de aquellos de los que espero que nos digan a nosotros lo que sabemos, pero no nos decimos?. Me estoy mareando. Estoy perdiendo los papeles, debo volver a mi ocupación. Es trabajo. Por fin, ya llegó el sexo. Ahí sí que no, con el sexo no se juega. Cada uno el suyo y el suyo para cada uno. El caso es que, no sé cómo decirlo…, no me importaría compartir el mio con esta chica en un momento dado. Me ponen las biólogas. Pero ¿qué estoy diciendo? Atención, peligro! Este chaval tiene buen semblante, es culto, deportista…Y crítico de cine! Hace rato que escucho un profundo silencio del lado de mi mujer. No ha bostezado. Parece que no respira. Sí, la conozco. O eso creo. No le importaría darse un revolcón con este mamarracho. Estoy deseando que termine la función. En cuanto estemos fuera vamos a hablar. Vaya que si hablaremos. Me tiene que contar muchas cosas. Y yo también voy a contarle cosas que igual no quiere oír. Nada de juegos, solo la verdad. Y es que la verdad, solo es un juego.
“Noche de juegos”. Este es el nombre del espectáculo del que les hablo. Asombroso descubrimiento. Paula Guida es ella, Esteban Ciudad es él. Ella es la bióloga y él el crítico de cine. Ella ha escrito el texto, él ha compuesto la música. Cual abrazo particularizado del “Amante” de H.Pinter, consiguen transmitir las insondables inquietudes del amor. Sin tapujos y con apelativos. Te hablan a tí. Y a tu pareja. Te proponen el viejo juego. El maldito juego del amor. O el del teatro, que es lo mismo. A veces se gana y a veces se pierde. Pero no lo dudes; vuelve a tirar los dados. Y sobretodo no lo dudes: vete a verlo. Todos los viernes de Abril en la nueva sala intimista NueveNorte. En Noviciado. Uno sale de allí con 12 € menos, y con el placer de haber aprendido nuevas normas de juego.
SINOPSIS
Una noche cualquiera, en un bar cualquiera, dos desconocidos mantienen una interesante conversación. La atracción que surge entre ambos, les llevará a pasar una noche llena de momentos inolvidables, que no son lo que parecen, y que les hará tomar una decisión que cambiará sus vidas…
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Actores: Paula Guida y Esteban Ciudad. Equipo Creativo: Dirección de actores Javier Albalá. Guión: Paula Guida. Música: Esteban Ciudad. Escenografía: David Pizarro. Diseño de iluminación: Juanjo Llorens.
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