En Madrid han protagonizado la noche de los años 50 y 60 algunas famosas coctelerías llenas de glamour y «otras fiestas». Hablamos de Chicote, El Cock o algunas barras míticas de hoteles como el Ritz o el bar 1912 del Palace. Pero la coctelería nunca había logrado ser tan popular como ahora y lo hace de la mano de la gastronomía.
Comer con coctelería
Es complicado atribuirle la condición de tendencia, aunque muchos restaurantes de Madrid ya ofrecen coctelería para acompañar sus platos. Funcionan muy bien los picantes tailandeses y mexicanos con cócteles ácidos, que limpian el paladar, o dulces, para aplacar el posible ardor.
Digamos que sentarse a comer una menú armonizado con coctelería es más una experiencia gastronómica para la que debes de ir preparado y comprender que lo que vas a disfrutar es un momentazo foodie que requerirá de todos tus sentidos y en algún momento algo de valor.
Comer con cócteles elaborados a partir de whisky
El nuevo blended scotch de la marca escocesa Dewars, un gran whisky de 12 años, doblemente envejecido en barricas de bourbon de roble americano, quiso ponerse a prueba maridando con un menú elaborado por el chef inglés John Husby, del restaurante Chuka Ramen. Pero el encuentro tuvo lugar en el restaurante Angelita, donde Mario Villalón elaboró diferentes cócteles, a partir de whisky, que resultaron ser de una originalidad y demostración de erudición mixológica apabullante.
- Así, un falso nigiri de picaña, con chile poblano, cebolla china y jengibre salió a la sala acompañado de un cóctel de whisky, tomate verde y piparras.
- El segundo plato fue un taco de langostinos en tempura que armonizaba con un cóctel de whisky, Jerez, mango, vainilla y bergamota.
- La fiesta continuó con un curry massaman de costilla de black angus ahumada con chile chipotle y hierbas thai. En el vaso, un combinado de whisky con frutos del bosque y hierbas tipo provenzal.
- Y en el final dulce, un praliné de avellana en tartaleta con sal ahumada, armonizaba una deliciosa comida con un cóctel elaborado a base de whisky, hinojo, cereza y almendra.
Lo de Mario mandando en la barra de la coctelería Angelita es algo extraordinario, no solo por su profesionalidad, sino por esa capacidad de sorprender y gustar desde mezclas imposibles. Por no mencionar su capacidad de evolución constante.
Su hermano David, grandísimo sumiller, se encarga de los vinos y ejerce una muy buena influencia en el recetario mixológico de Mario. El vino es un elemento fundamental en Angelita, que por supuesto es igual o más importante que platos como la cecina, sus entremeses artesanos, el pisto, el saam de oreja, el tataki de salmón, la tajada de bacalao o el steak tartar de solomillo de buey que proponen desde su cocina, Aunque todos sepamos que a Angelita se viene a beber.