En Settebello se comienza disfrutando con la vista, se continúa comiendo muy bien y se termina con un cóctel a ritmo de DJ. Este alegre y vibrante restaurante italiano de Montecarmelo está diseñado con una cuidada precisión para gustar en todos los sentidos.
JAVIER ESTRADA GUTIÉRREZ
Settebello
Un arco de exuberantes flores recibe al comensal de este ristorante que te transporta a la pista central de un circo, donde los forzudos vuelan por el techo, los animales salvajes sujetan las lámparas y hasta el elefante Dumbo sobrevuela una decoración, en la que abundan los colores rojos y los neones en un ambiente divertido.
No me gusta comenzar la descripción de un restaurante por su decoración, pero en este caso, es totalmente inevitable. Pero, ¿qué tal se come? Pues muy bien. Sabores intensos, bien condimentados, pasta al dente (español) y masas de pizzas crocantes y tiernas.
Que comience el espectáculo
Un vitello tonnato de mango y curry (13€) es el redoble de tambor que anuncia que comienza el espectáculo. La salsa es casera e imaginativa, ya que a la clásica de atún y anchoas, se suma el dulzor del mango y el toque especiado del curry, aunque sigue recordando a la receta clásica.
Esto es un circo muy instagrameable, donde se come rico a precio más que asequible. El plato de carbotrufa (15€) merece mucho la pena. Los rigatoni están sabrosos y la panceta frita y la crema de parmesano curado 24 meses se hace notar frente a la trufa. Buen equilibrio.
Prueba los saquitos de queso y pera, se llaman sacchetti sorpresa (15€) y son saquitos de pasta rellenos de queso y pera con gorgonzola dulce, mascarpone y nueces. WOW!
Todas las pizzas tienen interesantes puntos de diferenciación. Partimos de una buena masa, bien horneada, jugosa y crujiente con borde grueso, a la napolitana. La romana de bellota (17€) se sirve con chorizo ibérico, cebolla roja, aceitunas de Calabria, parmesano y pecorino. Y la pecora negra (17,5€) de masa negra, tratada con carbón vegetal, se sirve con pecorino, salami, mozzarela de búfala, tomates cherry y albahaca fresca.
En la parte de los principales, nos gustaron las carrilleras de ternera con puré de calabaza y flores (24€) o el escalope con crema de parmesano y boletus (19€).
Además, encontramos otros platos diferentes como los gnoccos emilianos: masa frita con tocino y mortadela, speck ahumado o queso robiola, a elegir (6€), carpaccio de remolacha (11€) o tagliolini al salmón, vodka y pecorino romano (17€).
En los postres, quédate con la tarta de queso y chocolate blanco o el tiramisú de pistacho (8€).
Domadores, trapecistas y payasos a la pista
Suena la música y ya no hay red de seguridad. El DJ impone su ritmo de fiesta, los cócteles vuelan sobre la sala hasta llegar a las mesas -aunque también puedes elegir levantarte y disfrutarlos en las mesas altas- y con la complicidad de la noche, comienza el show. Hemos cenado muy bien, y si te apetece, toca bailar.
Hostelería en evolución
Además de todo lo dicho, el trabajo que hay detrás de este concepto de restaurante es espectacular. Parten de una buena materia prima que se cocina en un sistema semi automatizado que combina recetas estudiadas al milímetro con equipamientos y maquinaria de última generación, como un horno de túnel. El resultado, buenos platos elaborados en menos tiempo.
El resto, la calidad del servicio, la oferta gastronómica y el escenario completan una oferta imbatible en su relación calidad-precio, que ronda los 30 euros por persona. (Cocina non-stop. Tienen carta vegana, reservados, terraza y aparcamiento gratuito. Abre todos los días del año).
El restaurante Settebello está en calle Ntra. Sra. de Valverde, 191. Montecarmelo. Madrid.