Secun de la Rosa: «En «Las piscinas de la Barceloneta» hablo de todo eso de lo que nunca se habla»

Tiempo de lectura: 5 minutos

Secun de la Rosa es un creador gigante, un actor que escribe teatro desde siempre y que también dirige cine. Un joven barcelonés que soñó y luchó por vivir de la interpretación, una persona sensible, amiga y conversadora que llega y conmueve con sus textos desde una identidad cercana y aparentemente sencilla, que le define como autor.

En «Las piscinas de la Barceloneta» (Sala Mirador. Los jueves, hasta el 14 de octubre) mira hacia atrás para seguir hablando de la poética de los luchadores y quizás, también de él.

 
¿Cuando comienza a escribirse en tu cabeza «Las piscinas de la Barceloneta»?

Cuando escribo teatro, siempre me pasa que nada es biográfico, pero sí que recojo lo que está a mi alrededor; todo lo que es atmósfera y energía. Tengo muy impregnado y me gusta mucho lo de contar historias de todo ese universo de los héroes anónimos, la batalla del día a día o el esfuerzo de cada uno de nosotros. No me gusta escribir sobre conflictos en los que los malos tengan que venir de fuera… Me interesan los conflictos internos de cada uno, porque me parecen los más complicados, estoy hablando de todo eso de lo que nunca se habla.
¿Algo que ya había pasado en «El disco de Cristal»?
Sí, historias de ahora a las que voy metiendo poco a poco las raíces, la herencia familiar o lo no hablado. Es algo que se repite en mis piezas.
¿Y por qué «Las Piscinas de la Barceloneta» y ahora?
Porque yo tenía ganas de sacar toda esta memoria emotiva del barrio y contar el tránsito hacia los descubrimientos de la vida y las diferentes versiones de ti.
¿Cómo te sientes, solo, en el escenario de la Sala Mirador?
Muy bien. Yo he hecho, como alumno de Cristina Rota, mis primeras obras en ese escenario y hay mucha carga emocional de toda esa época. Cuando haces un monólogo tienes miedo de que se te vean los clichés o las costuras, o que se vea la que otros directores van dejando en ti y que no se vea la verdad. El reto ha sido ser muy de verdad.

 

Secun de la Rosa Actor y director de teatro Las piscinas de la Barceloneta
«Me interesa mucho la relación con la verdad de uno, la realidad de uno mismo con su verdad, es decir, estar lo más cercano posible a su propio yo, a su esencia».

 
¿Cómo se hace para meter al público en tu historia de una forma tan convincente?

Soy consciente de que mi forma de escribir teatro puede provocar eso, pero tampoco quiero serlo demasiado para que no interfiera en lo creativo, ni en lo personal. Llevo mucho tiempo escribiendo y le doy mucha importancia a la dramaturgia, a la palabra y a que sea algo verdadero, porque veo que actualmente se le da muy poco valor y el hecho teatral viene por otros lados.
También pienso que mi imagen de actor ayuda a que suceda esa sorpresa en el espectador. Creo que el yo, autor, está tapado por el yo, actor.

«No he aprendido y no me gusta hablar de arte mezclado con la industria»

Una larga e interesante carrera de actor, dramaturgo, director… ¿En qué momento te encuentras?
Después de toda la experiencia de dirigir una película (El Cover), que considero un paso grande, todo cambia a tu alrededor. Yo no soy nada conflictivo y el «El Cover» tuve que aprender a decir que no o a decir que lo quería así. Además, me ha servido para ver cómo se maneja una industria y todo lo que hay detrás. Y mi aprendizaje es que solo puedo sentirme bien si lo hago desde mis convicciones aprendidas en el teatro, donde lo artístico no se habla, se juega. Es muy difícil explicar a un señor que está en una oficina: «estas tres frases son poéticas y necesarias…» No he aprendido y no me gusta hablar de arte mezclado con la industria.
Creo que estoy en un momento interesante en el que ya sé lo que me conmueve y lo que quiero hacer. Estar los jueves en la Mirador haciendo «Las piscinas de la Barceloneta» me llena mucho.
 

Secun de la Rosa Actor y director de teatro Las piscinas de la Barceloneta
«La gente más menospreciada de la sociedad, muchas veces es la que vive más con/de-acuerdo-a su verdad, su relación con la verdad, aunque para los demás sean equivocados porque no han aprendido las reglas y viven en otra comunidad».

 

«Al principio no pensé en un mensaje político o colectivo LGTBI, quería dar el primer mazazo con la gente más salvajemente libertaria»

 
En «Las piscinas de la Barceloneta», que transcurre en el año 1977, hablas de homosexualidad, de libertad y de tantas personas invisibles de nuestra sociedad. Y enseguida te das cuenta de que el mensaje puede ser actual.

Al principio no pensé en un mensaje político o sobre el colectivo LGTBI, quería dar el primer mazazo con la gente más salvajemente libertaria. Luego, es cuando aparecen los personajes. Mi percepción en que en el 77 luchaban más por la libertad desde un sitio donde no se le daba tanto valor a la palabra y hoy se le da más importancia al peso de palabras como puta o maricón y no tanto a lo que son o a lo que se sigue reivindicando. Otra diferencia que no me cuadra es que antes era importante no ser correcto y ahora somos demasiado correctos.

¿Cómo viviste tu juventud en Barcelona y qué sucede en tu vida cuando llegas, con 18 años, a Madrid?
En Barcelona no era artista, aunque sabía que quería ser actor. Llego a Madrid después de ver un anuncio de una escuela de cine en la revista Fotogramas pero era muy consciente de que me faltaban muchas cosas. No tenía las herramientas y acabé en la escuela de Cristina Rota, donde me di cuenta, en las primeras clases, de que me faltaba de todo… No sé el talento que tengo pero sí que soy cabezón y trabajador. Estuve cuatro años trabajando de camarero los fines de semana para pagarme la casa y la escuela el resto de la semana. 
¿Años bohemios?
Todo lo contrario, la locura solo estaba en el escenario, el resto eran clases, horas de ensayo o aprender a escribir.
Perteneces a una generación de actores muy importante ¿Con quien coincidiste en esa escuela?
Mis compañeros eran Roberto Álamo, Luis Bermejo, Juan Botto, Ernesto y Malena Alterio, Pilar Castro, Antonio de la Torre, Fernando Tejero, Goya Toledo, Natali Poza. Éramos criajos que queríamos ser. Era el principio de los años 90 y me tocó estar con gente con muchas ganas e ilusión.

«Para mí el primero, es siempre Tennessee Williams»

¿Cuáles han sido tus referencias literarias y cinematográficas?

El que llevo a fuego, y para mí el primero, es siempre Tennessee Williams. Actor, Marlon Brando y Jack Lemmon; actriz Vivien Leigh. Pero soy más de Mastroianni, Vittorio Gassman, Giulietta Masina, Sofía Loren o el universo de Felini. Todos esos actores, directores y sus historias me conmueven desde la fragilidad.
¿Cómo ves el Madrid actual?
Me gusta que se puedan ver tantas y diferentes historias en los teatros. Me gusta su diversidad, pero tengo añoranza de otras épocas donde la aspiración no era ir a la Gran Vía a hacer un teatro comercial, ni a un teatro público en busca de ser uno de los elegidos. Me gustaría que existiera un tejido industrial para que compañías como la mía y otras generáramos industria. 
«Las piscinas de la Barceloneta» 14 €. Sala Mirador. Todos los jueves hasta el 14 de octubre.

Planes Madrid: Secun de la Rosa actúa en la Sala Mirador y cenamos en “La Nobia” (con b). Jueves en Lavapiés.

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