Rocacho Plaza es el segundo restaurante en Madrid de un proyecto que apostó por la calidad de las carnes a la parrilla y que crece gracias a su buen hacer y la satisfacción de sus clientes. Son el único restaurante en la ciudad que ofrece en carta los cortes de vaca y buey de El Capricho, el templo leonés del ganadero y restaurador José Gordón.
Javier Estrada Gutiérrez
Rocacho Plaza
Hay pocas dudas cuando tienes que elegir un restaurante en Madrid donde comer una buena chuleta de buey o de vaca. Los restaurantes que alcanzan la excepcionalidad se cuentan con los dedos de una mano y Rocacho Plaza es uno de ellos.
La esquina de la Plaza del Marqués de Salamanca que ocupa este restaurante es preciosa, por su fachada, los toldos negros, la terraza y las vistas. Dentro, la sensación mejora. Barra -cocteleria- y mesas altas en una zona amplia y muy cómoda donde tapear o comer a la carta de un manera informal.

Dos cavas de cristal aíslan un comedor elegante con butacas y paredes en todos teja y marrón que contrastan con las cámaras de maduración donde puedes ver los lomos de los animales.
La cecina
Servicio impecable y el trabajo de un sumiller como Raúl, que propone, con sabiduría, un Palo Cortado como Leonor para comenzar el festejo gastronómico.
En invierno, una cazuelita de sopa castellana como atención de la casa y declaración de intenciones: «Aquí nos gusta el recetario clásico».
Enseguida llegan las chacinas y el primer bocado es espectacular. Una cecina de buey (sacrificado con 8 años + 4 de curación: 30€ ración) que realmente es diferente; de sabores profundos, salados y ahumados en equilibrio y textura fibrosa y suave donde se percibe la infiltración justa de grasa. El chorizo o el salchichón son muy ricos también, pero el nivel de la cecina es de otro planeta (Del planeta Jiménez de Jamuz).
Otros platos como la ensaladilla rusa, el bombón de txangurro, el pan bao de picaña y encurtidos, el taco de mollejas de vaca, el tuétano a la brasa, el guiso de verdinas con almejas, los arroces o la tortilla vaga (en la imagen) o de cecina de buey, destacan en una carta insólita por la originalidad que, el universo de sabores que el tratamiento de la carne, ofrece.
Las brasas y las carnes de El Capricho
Las estrellas del restaurante son los cortes de carnes de El Capricho -ese lugar catalogado como uno de los mejores restaurantes del mundo donde comer carne a la brasa y donde crían su propia ganadería-. La chuleta de buey premium (180€/kilo) es la rock Star de Rocacho.
Todas las piezas que te vas a comer son cortadas en el momento y presentadas en sala dentro de una caja de madera, dándoles ese toque de joya exclusiva, antes de dejarlas sobre la brasa para que el chef Jairo Soria ejerza su magia y la devuelva a la mesa troceada, en plato caliente y lista para el disfrute del cliente que sabe que está viviendo un momento especial.
Las chuletas de vaca (raza Minhota), están curadas 40 o 90 días (75€/kilo o 95€/kilo). Y completan el apartado de carnes cortes como el solomillo de buey,la entraña o el steak Tartar, así como chuletitas de cordero o medallón de cordero a baja temperatura (28€).
Del mar
Turno para el mar. Pescados y deleites como las angulas (120€/100gr.). Te recomendamos el rodaballo salvaje (34€ por persona), el bacalao al carbón o el lomo de atún.
Las ensaladas y platos como las alcachofas o las yemas de espárragos son grandes acompañantes de este festín de brasas. De postre, prueba el cremoso de mascarpone con cacao.
En la bodega, carta corta y bien elegida, encuentras vinos de Rioja, Ribera, el Bierzo, Rías Baixas o Rueda, en los blancos. Además, de Champagne y Cavas.
Restaurante Rocacho Plaza está en la Plaza del Marqués de Salamanca, 9. Madrid. El primer restaurante Rocacho, está en la calle Padre Damián 38.
(Algunos de los platos fotografiados son medias raciones).