En la Plaza de San Miguel habita un chef, de nombre Beltrán, que concentra toda su energía y buena cocina en ofrecer una gran experiencia gastronómica basada en el producto y recetas reconocibles, con una actualidad muy bien entendida y ejecutada.
Madrid tiene la suerte de ser una de esas grandes ciudades en las que el madrileño se mezcla con el forastero y juntos, componen ese espacio alegre, habitable y lleno de oportunidades y experiencias que dibujan el carácter de la capital. El centro de Madrid es hoy una zona efervescente que hay que revisitar para volver a «pasearla» y descubrir lugares como Casa Mories.
Toda la tradición de la familia Mories se combina y agita con el ímpetu de Beltrán Alonso (a la derecha en la imagen de portada), que trabaja desde el conocimiento y el respeto por la mejor materia prima y el arrebato de modernidad de quien sabe ser un gran ser anfitrión con ganas de hacerte disfrutar de su cocina.
Un canelón de faisán con trufa, el plato de rulo de gallina en pepitoria o el steak tartar de vaca vieja, son algunos de sus grandes relatos con los que convence y cautiva a sus comensales.
La barwoman Elena Torres es la primera cara que te recibe en Casa Mories. Su barra despacha copas de vino y coctelería en la planta calle que está diseñada como un agradable bar con mesas altas y cálidas lámparas que contrastan con la historia del local, que se cuenta desde los azulejos y los arcos en su estructura.
El suelo, de colores y formas geométricas, te da las primeras pistas sobre esa fusión entre lo bueno del pasado y lo mejor de hoy.
Unas escaleras bajan hasta «la cueva», un comedor perfecto donde reunir 15 o 20 amigos y a los que te costará sacar de allí. Otras escaleras te trasladan hasta la sala principal; sancta sanctorum de la puesta en escena de un chef valiente, ameno y sorprendentemente serio en su ejecución, para la imagen que proyecta desde su cuerpo casi totalmente tatuado. Pero cuando pruebas su brioche de matrimonio, comienzas a entender que la fiera convive con un refinado chef que sabe aprovechar todo su potencial para hacerte disfrutar.
Además, Casa Mories guarda una sorpresa más, una mesa para 8 comensales apartada y junto a la cocina, para ver y compartir con el chef su trabajo en cocina.
La carta recorre todo el imaginario apetecible, desde las anchoas y boquerones, de primera, a unas patatas bravas de la casa ejecutadas a la perfección, o platos de temporada como los guisantes con huevo y trufa o la flor de alcachofa. También sus huevos rotos con tartar de gamba roja o su ensaladilla con carabineros y caviar. En fin, qué os voy a decir.. Es mejor que reservéis ya, antes de que os siga contando.
La bodega
Como todo buen restaurante, la bodega es una de las partes fundamentales de este proyecto. La variedad y la originalidad de sus vinos se reúnen con la cocina, en los manteles de hilo de Casa Mories, de la mano del sumiller Joaquín de Diego. Conocimiento y disfrute se mezclan en el trabajo de este joven sumiller que sabe armonizar las recetas del chef para secundar y defender, con su bodega, un muy recomendable momento culinario.
El menú degustación
Casa Mories propone un menú de 8 pases por 50 €. (bebidas aparte).
… Por cierto
Al chef Beltrán Alonso le encanta la música techno y gran parte de sus amigos pertenecen a este mundo de la electrónica. Cuando se acaba la noche y los DJs salen de sus cabinas, muchos de ellos se dejan ver por Casa Mories para comer bien. Otro contraste curioso de este gran restaurante.
Restaurante Casa Mories. Plaza de San Miguel, 5. Madrid.