Los tacos de Mawey son pequeños y sabrosos, se comen de dos o tres bocados y puedes apreciar el buen equilibrio de ingredientes y texturas en cuanto los pruebas. Su servicio está a la misma altura y su oferta de cervezas, tequilas y coctelería acompañan muy bien este viaje gastronómico a México.
Un gran mural de un simpático azteca, disfrazado con máscara de catrina, comiendo un taco, obra de Juan Avellano, recibe al comensal de Mawey Taco Bar sobre la barra de coctelería. Los colores y el buen rollo enseguida se trasladan al momento gastro. Guacamole casero, muy rico, con totopos, tostada de atún (10,70 € 2 unid.), quesadillas o el brioche de carne apache con solomillo y chiles ahumados (11,80 €. 2 unid.) son un magnífico comienzo. Javier, desde la barra termina de elaborar un cóctel al que llama «Piel de Iguana», con tequila, lima, puré de melón Cantaloup, zumo de piña, sirope de jengibre y servido con tops de pomelo deshidratado, orejas de piña y cereza de marasquino.
«A falta de amor, unos tacos al pastor»
Esta divertida frase luce en la espalda de los polos negros que uniforman a los simpáticos camareros de Mawey. Pero en esta taquería hay amor en lo que sucede en la cocina, en la sala y también hay tacos al pastor, con cebolla, piña y el cilantro justo.
Fabián, uno de los camareros nos recomienda comenzar por las quesadillas de rabo de toro (9€) guisadas con tres tipos diferentes de chiles, queso Gamoneu y salsa Tatemada de chiles Güeros. Un mordisco exquisito, con todo su punch y la armonía de quien sabe lo que está cocinando.
Fernando y Julián
Fernando Carrasco y Julián Barros se conocieron trabajando en cocinas de restaurantes ajenos y cuando el rodaje ya era serio decidieron asociarse para abrir esta taquería donde la materia prima es importante, así como su realidad con la tradición mexicana, así como su experiencia viajera y el gusto y disfrute que sus platillos proporcionan a los comensales.
Ambos chefs suman experiencias en restaurantes como Punto MX, Piñera, Zaranda, El Poblet o los parisinos Apicius o Le Grande Cascade, lo que les dio «licencia» y confianza para lanzarse a proponer esta taqueria de autor que seguro os gustará.
Los tacos en la palma de la mano
Y así deben de ser, así se comen en las calles de México DF y del resto del país. Tortillas taqueras de maíz amarillo o azul que son imprescindible soporte de deliciosos tacos gobernador (9,60 2 unid.) con queso Oaxaca y polvo de kikos, Tacos de brisket de wagyu (12,20€ 2 unid.), magníficos, con crema de elote, una salsa casera de maíz) y tajín de dos chiles o taco de panceta glaseada con chipotle y tamarindo (8,50€. 2 unid.). Así hasta 12 tipos diferentes de tacos mexicanos.
Además, de su cocina salen unas ricas costillas te ternera (18,70€) o mollejas salteadas y enchipotladas (10,80€).
De postre, imprescindible probar la elegante tarta de maracuyá y lima con polvo de frambuesa. También está rica la tarta de plátano y chocolate o la de queso con panela y teja de almendra. (Todas a 6,50 €).
La coctelería y las chelas
A la fiesta se unen los tragos desde el primer momento. Una gozada comenzar a cenar con un cóctel y continuar con una michelada o una cerveza (chela) mexicana. Mawey ofrece hasta 20 cócteles diferentes (Entre 7 y 9 €.), elaborados en la barra delante del cliente.
La música sube y los cócteles inspiran las últimas horas del día en la taquería. Como su nombre quiere contar, la flor de maguey es considerada un manjar en México, pero solo florece una vez en su vida. En el Mawey, con doble uve, de Gran Vía, el manjar se sirve cada día.
Mawey Taco Bar está en la calle San Bernardo, 5. Tienen servicio delivery.
Maway Taco bar Olid. Calle de Olid, 6.
Además, Mawey acaba de abrir nuevo restaurante en Majadahonda, en la calle Manuel de Falla, 3.
