Viajar es siempre una experiencia única en la que, además de conocer otros lugares y descubrir más sobre ellos, tenemos ocasión de contrastar y valorar lo que tenemos. Antes de partir hacia Laponia, en Finlandia, supe de varios estudios que certificaban el aire que respiraban sus gentes como el más puro de Europa, pero no supe lo que esto significaba realmente hasta que regresé a Madrid y comencé a identificar en mi paladar toda clase de sustancias nocivas a las que estamos expuestos en nuestro día a día.
Que el aire de Finlandia, y particularmente el de Laponia, sea el más puro del continente tiene mucho que ver con el hecho de que el 70% de la superficie del país esté cubierta de bosques de pinos, álamos y abedules. Es en esta época, a comienzos del otoño, cuando ofrecen uno de los más bellos espectáculos, un fenómeno conocido por los lugareños como ruska, en el que los árboles cambian el verde tradicional por tonos dorados y cobrizos.
Este marco incomparable, en el que los ríos que corren libres y los lagos que se ven no son resultado de ninguna gran obra de ingeniería sino de la propia naturaleza, es el paraíso de los amantes del senderismo y la pesca. El 10% de la superficie de Laponia la componen pequeños lagos en los que se pueden pescar especies como la perca y el lucio. No obstante, para pescar se necesita una licencia de la Administración General Forestal o, si se quiere pescar en lugares privados, el permiso del dueño.
Mika Lappalainen, que también se dedica a la cría de renos, el animal por excelencia en estas latitudes, nos brinda la oportunidad de hacerlo en su coto, aunque no con demasiada fortuna. A pesar del mal resultado de la jornada de pesca, la mañana ha merecido la pena. El silencio, un aire puro y los colores y sonidos del bosque han hecho que el tiempo pasase volando. Afortunadamente, no nos quedamos sin probar el sabor del pescado blanco asado en la hoguera y acompañado por un delicioso jugo de arándanos recién recolectados.
Y es que otra de las bondades de Finlandia es que, por ley, el monte es de todos. Es decir, cualquiera puede recolectar las bayas que crecen junto a los caminos o las setas que emergen con variadas formas y tamaños. Eso sí, es muy importante saber identificarlas. Hay más de 40 bayas comestibles, pero hay otras potencialmente peligrosas. Lo mismo sucede con las setas. De las dos mil variedades existentes, solo 500 son comestibles.
Otra de las actividades más extendidas es la práctica del senderismo. En el Parque Nacional de Oulanka, rozando la frontera con Rusia, podemos recorrer el Karhunkierros, el sendero de trekking más famoso de Finlandia. La ruta discurre entre árboles junto al río Oulanka, que combina zonas de quietud con violentos rápidos que los más intrépidos podrán descender haciendo rafting.
En el Parque Nacional de Oulanka, rozando la frontera con Rusia, podemos recorrer el Karhunkierros, el sendero de trekking más famoso de Finlandia.
Para los que quieran aventuras, empresas como Stella Polaris, especializada en rutas por el río, o Outdoor Passion, ofrecen todo tipo de actividades. Jussi Tupasela es uno de estos aventureros que, primando ante todo la seguridad, ofrece a los visitantes liberar adrenalina, por ejemplo, descolgándose de lo más alto del trampolín de saltos, a más de 40 metros de altura. Para los que no quieran tanta emoción, firmas como Rukapalvelu o Ruka Adventures plantean tranquilos paseos en canoa por el río Oulanka o rutas de Mountain Bike por el entorno de las pistas de esquí.
Después de una dura jornada, nada mejor que una reconfortante sauna, que no está reñida con la actividad. En Ruka Safaris, Hanna Karjalainen nos ofrece la posibilidad de practicar sauna-yoga, pero también hay otras, como las de Pohjolan Pirtti o Seven Star Smoke Sauna, en las que prima el relax total. No pueden faltar el vasta, unas ramas de abedul que, golpeándolas con suavidad contra el cuerpo, activan la circulación e incrementan la sensación de bienestar, además de desprender un agradable aroma, ni tampoco el baño en las frías aguas del lago, que también contribuye a mejorar el flujo sanguíneo, mejorar el tracto respiratorio y aumentar la calidad del sueño.
Antes de retirarse a dormir, probamos suerte con las auroras boreales. El cielo no está de nuestra parte. Las nubes nos impiden ver este maravilloso fenómeno de la naturaleza que, al contrario de lo que muchos piensan, es más frecuente en primavera y en otoño que durante el invierno.
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Texto: Pablo Barro. Fotos: Pablo Barro y Turismo de Finlandia.
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