«La Movida madrileña fue un conjunto de constumbres de ocio, no un movimiento»

Tiempo de lectura: 7 minutos

Jesús Ordovás y Patricia Godes han publicado un libro que recorre diferentes espacios de Madrid donde ocurrió La Movida, hace ahora 40 años.

Los autores son periodistas musicales que vivieron y contaron La Movida. Un paseo con Patricia Godes por Malasaña nos descubre y desmonta muchas historias y leyendas urbanas.
Jesús Ordovás fue el mítico locutor de Radio 3 que comenzó a pinchar a los grupos de La Movida en los primeros año 80. Entre otros, dio a conocer a Alaska, Aviador Dro, Ramoncín o Siniestro Total. Su serie «Pop Español» supuso un hito en la difusión musical en televisión.
Es abogado y periodista y ha escrito en la mayoría de los periódicos generalistas- Ha publicado libros como «El Rock ácido de California» (1975) o «De qué va el rollo» (1977), así como biografías de Dylan, Hendrix o Marley.
A su lado, Patricia Godes, periodista, escritora y traductora. Una de las primeras críticas musicales de nuestro país. Es especialista de la cultura Pop, moda y tendencias, y ha publicado libros como «Guía esencial de soul» o «Alaska y los Pegamoides, el año que España se volvió loca». También ha trabajado en muchas emisoras de radio, siempre apoyando y descubriendo grupos musicales.
En la imagen de arriba, Patricia Godes sujeta su nuevo libro, editado por ANAYA Touring, en la cabina de DJ del bar La Vía Láctea.
 

Guía del Madrid de La Movida
Alaska y Elisabetta en El Rastro madrileño. Fotografía de Jesús Ordovás.

 

Plaza del 2 de Mayo

Ha comenzado el otoño en Madrid y el viento en la Plaza del 2 de Mayo, a las 12 de la mañana, es frío. Aparece puntual a la cita Patricia Godes con dos libros bajo el brazo. Pelo rojo, chupa vaquera, mascarilla y gafas de sol. «Que sepáis que no es verdad que las cenizas de Kike Turmix se esparcieron por esta plaza, aunque si se hizo una ceremonia». Comienza explicando Patricia a un grupo de periodistas.
Han pasado 40 años de aquel estallido de libertad que convirtió a Madrid en el lugar donde todo pasaba. Pero Patricia no quiere iniciar el paseo por el barrio de Malasaña sin contar, «para que se tenga una idea real de lo también era Madrid en ese momento», que en la Plaza del 2 de Mayo se paseaban «señores y señoras mayores de vendían caramelos, chicles, cigarrillos, mecheros y jeringuillas».
El libro rememora los espacios urbanos y lugares de encuentro de aquella generación irrepetible. Incluye itinerarios por todos los barrios de la capital que fueron fundamentales para La Movida.
«Pero La Movida tuvo muchas cosas buenas -continúa Patricia Godes- por ejemplo, que mujeres, gais y heteros siempre estuvieron en el mismo plano. Nunca notamos ningún sexismo, de hecho la reina de La Movida es Olvido (Alaska), y en muchos de los grupos había chicas… Si a la batería punki de Las Chinas alguien le hubiera increpado, le habría curado su sexismo para toda la vida con dos buenos patadones» (risas).
Otro de los mitos que derriba la coautora del libro es la cuestión de las clases sociales de La Movida. «La lucha de clases desapareció, había hijos de familias con dinero y de clase media o que venían de barrios obreros. Pero sí hay que resaltar que mucha de la gente de los grupos de música y de los fanzines eran hijos de actores, pintores, fotógrafos o de la industria del cine. Pepo y Magín Perandones, los disc jokeys del Rock-Ola eran hijos del poeta por excelencia de Palencia; Jaime Urrutia, de Gabinete Caligari, era hijo de periodistas. Eran jóvenes que se movían en entornos artísticos y de culturales».
 

Guía del Madrid de La Movida
Nacha Pop en concierto. Foto de Domingo J. Casas.

 

El mito que llega hasta nuestros días

«Enseguida se forma el mito de La Movida y ahí vamos a otorgarle el mérito a Jesús Ordovás -explica Patricia Godes- porque trabajando en una emisora madrileña, después en Radio Nacional y siendo locutor en los inicios de Radio 3, se fijó en una serie de chavales que empezaban y supo ver la importancia de ese momento. De hecho, puedo decir que los tópicos de La Movida fueron y son los gustos y lo que defendió Jesús en aquel momento».
 

Guía del Madrid de La Movida
Publico en el estadio Roman Valero en el Villa de Madrid 16-06-1984. Foto de Domingo J. Casas.

 

«No lo considero un movimiento cultural»

La conversación continúa en la puerta del bar La Vía Láctea, de la calle Velarde, 18, en Malasaña. Patricia Godes opina que «La Movida no se puede considerar un movimiento. Nadie se consideraba de La Movida, había bastantes rencillas entre grupos, subgrupos y tribus que no se sentían juntos en ninguna movida. Fueron los «jóvenes-mayores», de 30 años los que comenzaron a fijarse en sus letras y a escribir sobre La Movida. Para mí fue el conjunto de costumbres de ocio de ese sector de estudiantes y adolescentes. No fue nada más, no fue una revolución, ni un movimiento, ni contracultura, sólo se puso de moda ir a bares y a conciertos».
«Quizás la revolución surgió en la indumentaria, ya que no se compraban ropa, sino que eran creativos con una chaqueta de sus padres, un pañuelo barato o convirtiendo una prenda completamente anticuada en vanguardia. Eso si que creo que fue muy novedoso». Explica Patricia Godes que siempre habla en tercera persona sobre La Movida, porque aunque sí que estuvo ahí, se considera una espectadora.

La música

«Los primeros discos de La Movida estaban muy mal hechos. Los primeros conciertos eran de dos aspirinas, ni siquiera de una. Ellos mismos lo han contado, los teclados daban calambres, los generadores de escenario no tenían la suficiente carga para toda la electrónica que llevaban y los grupos casi no sabían tocar… Pero fue el propio entusiasmo y que el público respondió muy deprisa, lo que hizo que gente amateur mejorara muy rápido. Podemos decir que La Movida, al principio, fue un ensayo que sucedía frente al público», recuerda Patricia Godes, que añade que, no es cierto que los grupos de Punk y Rock londinenses sonaban mal y todo valía, como se ha dicho tantas veces de esos años 70 y 80. «Carmen Madirolas, cantante de Los Bólidos, vivía en Londres y nos contaba que existía una cultura de Rock impresionante, que aprendían a los 12 años y que los grupos tocaban todas las noches del año».
Para la periodista, «Musicalmente La Movida es el descubrimiento del Rock and Roll en Madrid y después, en España, se acaba de morir Elvis y llegan los argentinos Tequila y Moris. Pese a que los Rolling o el «Twist and shout» de los Beatles, ya se escuchaban en nuestro país desde hacía una década. Son los niños de los 60 que escucharon «Satisfaction» los que ahora se suben a un escenario y son protagonistas».
 

Guía del Madrid de La Movida
Cartel del concierto de Los Ramones en Madrid, en el que tocaron de teloneros Nacha Pop. Colección personal de Jesús Ordovás.

 

Madrid como musa

En el libro, Madrid es el escenario de La Movida, su geografía física y humana es el hilo conductor de «Guía del Madrid de La Movida». Además de entrevistas exclusivas a los protagonistas de aquellos años, como lo fueron, Fabio Macnamara o Jaime Urrutia, entre otros, este libro recorre barrio a barrio los lugares que fueron (y que en muchos casos siguen abiertos) importantes reductos de La Movida.
«Los 80 fue el momento en el que la cultura y el ocio tuvo como hilo conductor la música y Madrid y sus barrios, los bares y los locales de conciertos dibujaron una nueva manera de divertirse. El Rastro fue un lugar de reunión de muchos de los componentes de La Movida que se citaban allí para vender fanzines o para comprar ropa de segunda mano. Por ejemplo, los Kaka Deluxe vendía piedras pintadas que recogían de la playa de Oropesa».

Principio y fin de La Movida

Patricia Godes vuelve a derribar mitos e informaciones que siempre se han dado como ciertas. «El festival de Canito es un mito creado después, La Movida comienza con la Nueva Ola, (un movimiento de pop rock alternativo de finales de los años 70) y llega con Ramoncín, Kaka Deluxe y Mermelada en el Ateneo de la Prosperidad y en Vallecas».
«En primavera del 1980 Francisco Umbral escribe en su columna de El País, que había ido a cenar a casa de Luis García Berlanga y se había fijado en «el berlanguita del tocata», que estaba escondido en su habitación oyendo música. Se trataba de Carlos García Berlanga, que acababa de formar Los Pegamoides«.
«Y el final del engaño de la España progresista y de La Movida tiene lugar la noche de fin de año del 87 al 88 con la actuación y escándalo de Sabrina en TVE, que saca a la palestra esa España rancia de Pajares y Esteso que pensábamos que solo era cine y de risas, pero que estaba ahí, existía y había sobrevivido a todo».
La coautora del libro «Guía del Madrid de La Movida» concluye diciendo que «La Movida sigue en Madrid. En la música sigue sin inventarse nada nuevo. Los grupo Indies que están de moda hacen la mismísima música, partitura en mano».
 

Guía del Madrid de La Movida
Alaska en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid. Foto de Domingo J. Casas.

 
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