Desde su estudio en el Parque Conde de Orgaz el artista Ricardo Aparicio (Sevilla, 1969) evoluciona y crece en su arte a través de cuadros con más materia y volumen, que perseveran en sus temas preferidos: el mar y el olivo. Así como en la escultura con referencias a motivos religiosos.
Ricardo Aparicio – Artista
En la imagen de portada, el artista Ricardo Aparicio sujeta una de sus esculturas exclusivas, realizadas en acero corten, titulada «Olivo».
¿En qué momento personal te encuentras?
Momento de reflexión, a través del pensamiento de lo que está acaeciendo en la actualidad, tanto a nivel externo con los diferentes conflictos internacionales, como a nivel interno, desde la experiencia que vivimos en el confinamiento, hasta hoy, con las dudas existenciales de nuestro tiempo, valorando y creciendo en el presente.
¿Cómo defines tu evolución artística?
Buscando un motivo que mantenga el intento de superación activo, para poder evolucionar como persona, reflejándolo en una creación artística más sincera, con el observador de la obra, convirtiéndolo o no, en cliente del estudio.
¿Cómo es el trabajo de un artista cuando la obra es un pedido de un cliente?
Se dan, las dos formas de canalizar una venta, atendiendo por igual, el pedido de un cliente, elaborando una obra específica para su satisfacción personal, como la elección que hace el mismo, del conjunto de las piezas. Siendo el trabajo, exclusivo y único, con una línea creativa marcada en la definición del trabajo de estudio.
Naturaleza y religión parecen ser los temas que te inspiran en esta etapa, ¿háblanos de tus trabajos?
En mi obra la naturaleza es, en sí misma, una religión que me une con lo existencial. Sus colores y la luz que, junto con los olores, matizan sutilmente la interpretación subjetiva de la naturaleza, en sus diferentes estados y formas, componiendo el perfilado de su fauna, flora y paisajismo en la pincelada del lienzo, o en el perfilado escultórico. Dando importancia a lo divino, de esta creación natural, en la figura religiosa. Creo obras de ambas temáticas que se unen en lo espiritual, e intento transmitirlo a través del arte.
Trabajas sobre lienzos, evolucionas a cuadros más matéricos, al igual que haces esculturas de todos los tamaños, desde un colgante a piezas para exterior, ¿Cómo defines tu inspiración y trayectoria?
La inspiración hay que llamarla todos los días para que acuda caprichosamente cuando quiera; esperándola trabajando, tal como nos decía el gran Picasso.
Mi trayectoria la he sustentado en la constancia y siendo muy perseverante, alguna vez sale algo interesante, en el trabajo del día a día del estudio, intentando labrar una trayectoria dinámica.
¿Cómo es el coleccionismo en España?
El mercado del arte que tenemos entre nosotros, nos da la oportunidad doble de poder disfrutar directamente de la obra en si, adquirida en la galería, en la tienda o directamente en el estudio del autor, y de haber realizado una inversión económica, con su compra, revalorizándose con el tiempo, llegando a veces, a crear tendencia en las corrientes artísticas del momento.
¿Cómo te inspira Madrid?
Sólo el nombre de Madrid, te inspira arte en mayúsculas. Nos ofrece un gran escenario artístico, solo desde el triángulo del Prado, con el Thyssen y pasando por el Reina Sofía, estructura una idea de la pintura desde los clásicos, hasta nuestros tiempos, desde Velázquez a Barceló, todos ellos imprescindibles referentes. Al igual que nos da la oportunidad musical del disfrute del Teatro Real. Definiendo la luz de sus calles y plazas, en un intento de plasmar su esencia en la línea titulada como no podría ser de otra manera: Madrid, que dispongo en el estudio, en cuadros de diferentes tamaños, siendo obra expuesta en distintos proyectos con varias galerías de la ciudad, teniendo en ella, a la galería Orfila, la cual hace tiempo, me representa como artista expresionista, de Madrid.
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