Hay muchísimos tipos de aceite que podemos usar para cocinar.
No todos son intercambiables y encontramos una amplísima gama que dificulta el dilema de la elección. Desde su origen a su composición en ácidos grasos, pasando por el punto de humo y sus características organolépticas. Estas son algunas de las cualidades a tener en cuenta para elegir el más apropiado. Si buscamos una variedad “todoterreno”, el Aceite de Orujo de Oliva reúne muchos de los parámetros deseados. Te lo contamos:
- Origen: Los aceites de cocina provienen de semillas, oleaginosas y frutos; lo que condiciona su composición en ácidos grasos. El Aceite de Orujo de Oliva es una de las cuatro categorías de aceite que procede del olivar.
- Composición: Son preferibles los aceites ricos en ácidos grasos monoinsaturados frente a los saturados. El Aceite de Orujo de Oliva tiene hasta un 80% de ácido oleico y compuestos menores de alto interés nutricional.
- Punto de humo: Es importante utilizar aceites para freír que tengan un alto punto de humo para facilitar el control de la cocción o posible degradación del aceite por las altas temperaturas. El punto de humo del Aceite de Orujo de Oliva oscila entre 230-240ºC, uno de los más altos.
- Sabor: Los aceites también tienen sabores distintivos. A veces, se trata de una cualidad deseable; por ejemplo, para un aliño de ensalada. En otros casos, no interesa un sabor extra. El Aceite de Orujo de Oliva tiene sabor neutro, por lo que es recomendable cuando busquemos suavidad en los platos.
Partiendo de que el tipo de preparación condiciona la elección del aceite, el Aceite de Orujo de Oliva es una variedad completa y versátil para muchas de ellas como frituras, guisos, salsas y postres.
Fuente Facyre. Federación de Cocineros y Reposteros de España y la Interprofesional del aceite de orujo de oliva.