El pabellón modernista del Gran Café del Espejo reabre sus puertas con una oferta gastronómica basada en las raciones típicas madrileñas y aportaciones como los platos vegetales de Floren Domezáin o las tartas de Paco Torreblanca.
Una de las mejores terrazas de Madrid
La cocina se pone en marcha a primera hora de la mañana, de 9 a 12, con atractivos desayunos. Panes especiales para tostadas de jamón ibérico o salmón y aguacate, cruasanes recién horneados con rellenos dulces y salados, bagels y brioche con huevo escalfado y diversas combinaciones y excelentes cafés orgánicos, además de zumos naturales y smoothies.
Para comer o cenar, la carta de Gran Café del Espejo propone buen jamón, unas buenas croquetas, platos de huevos revueltos. Mar y montaña continúan con recetas como unas buenas ostras, mejillones en salsa picante o unas zamburiñas a la parrilla y gratinadas. En las carnes, su pollo picantón, su carrillera ibérica guisada a la antigua o su hamburguesa con salsa de bacon e inyectable de Cheddar en pan brioche.
Una buena gran noticia son las aportaciones al menú de Floren Domezáin con sus lechugas vivas y los tomates de Tudela de la huerta o los pimientos al estilo Julián de Tolosa. Puerros a la brasa, un refrescante gazpacho o una buena burrata al pesto son otras opciones frescas para las semanas de buen tiempo.
En los postres, otro nombre propio: Paco Torreblanca, reconocido como mejor pastelero de España y del mundo. Su torrija de brioche y su cheesecake de Camembert son solo dos de las más exitosas y dulces posibilidades.
Afterwork y coctelería
Las sobremesas se alargan con gusto en la terraza del Gran Café El Espejo. Sube la música, su excelente iluminación se pone en marcha y los cocktails y combinados más coloristas empiezan a llenar las barras y mesas hasta el cierre, con la posibilidad de ordenar siempre un picoteo para compartir.
Terraza Gran Café del Espejo. Paseo de Recoletos, 31. Todos los días de 09 a 01 h.