Uno de los símbolos más destacados de la ciudad es sin duda su escudo, y cómo no, los dos protagonistas que lo integran; el oso y el madroño. Aunque deberíamos corregir esta afirmación y aclarar que no se trata exactamente ni de un oso ni de un madroño, sino más bien de una osa y de un manzano.
La leyenda que explica esta sorprendente afirmación se remonta a la época en la que Madrid no era todavía una ciudad, ni tan siquiera un asentamiento sedentario, ya que hablamos de un periodo comprendido entre los siglos VIII a.c y V-VI de nuestra era. Se cree que los carpetanos eran los pobladores de esta región en la que actualmente se encuentra Madrid. Era un pueblo relativamente pacífico y que mantenía buenas relaciones comerciales con vecinos como los íberos. Habitaban normalmente lugares de fácil defensa como espolones, cerros y zonas elevadas, que dotaban de fortificación con fosos y barreras a su alrededor. Los carpetanos estudiaban los cielos por lo que podrían ser considerados buenos astrónomos.
Se estima que la más importante estrella para los carpetanos era la osa menor, que observaban y utilizaban para orientarse. Esta constelación, que solo puede verse desde el hemisferio norte, es la que ha guiado durante miles de años a los viajeros a lo largo de sus travesías y desplazamientos. Se la conoce con el nombre de carro por la forma en la que están dispuestas sus siete estrellas principales.
Se piensa que los carpetanos adoraban esta constelación de estrellas y desde su territorio se observaba con especial claridad. Este conjunto de estrellas era tan importante para los carpetanos que la representaban constantemente. Había dos formas de reproducirla: trazando la disposición de las estrellas o dibujando una osa sobre la que aparecían las estrellas.
El primer escudo de Madrid reflejaba a un oso en un campo con la constelación de la Osa Menor sobre el lomo del animal y con la Estrella Norte en la cola. Es una osa: es ella la que mejor protege a sus crías y está ligada con la Osa Menor (Ursa Minor).
Esta es la historia de la osa en nuestro escudo, pero la explicación a la representación del madroño se remonta al reinado de Alfonso VIII. Este monarca otorgó a Madrid un fuero de privilegios referente a la explotación de los bosques cercanos. Esta decisión del rey provocó una larga disputa entre la Iglesia y el Consejo de Madrid. Para resolver este enfrentamiento, se adjudicó a la Iglesia las tierras de pastoreo y al Consejo los bosques y su administración. Para representar este acuerdo se pasó a reproducir en el escudo un oso (que ya se venía representando sobre un prado) pero que ahora pasa a erguirse sobre un árbol, reflejando así el reparto que se había llevado a cabo.
«A modo de burla, en el escudo se representa al oso robando una manzana de ese árbol tan disputado y que además simboliza el fruto prohibido»
Pleito Iglesia – Pueblo de Madrid
A raíz de este pleito entre Iglesia y ciudadanos, en el escudo de la ciudad empezó a representarse también un manzano, árbol abundante en la región y sobre el que los ciudadanos madrileños tenían derecho de uso y explotación. A modo de burla, en el escudo se representa al oso robando una manzana de ese árbol tan disputado y que además simboliza el fruto prohibido.
Los madroños eran muy poco comunes en Madrid durante la época medieval, no era un árbol autóctono sino que procedía de regiones más orientales de Europa.
En el siglo XVI una devastadora plaga asoló Madrid cuando el rey Carlos V se hallaba de visita. El rey se puso muy enfermo de unas fiebres para las que aparentemente no existía cura, pero la gente del pueblo había descubierto que hirviendo hojas de manzano se obtenía un brebaje que curaba las fiebres. El rey se repuso y mucha gente del pueblo también, por lo que en agradecimiento los futuros escudos de armas se identificaban con ese árbol milagroso.
«El rey, al mirar el escudo, creyó que el árbol representado se trataba de un madroño y por no contradecir al monarca, le dijeron que era madroño»
El rey, al mirar el escudo, creyó que el árbol representado se trataba de un madroño y por no contradecir al monarca, le dijeron que era madroño. A la iglesia le interesaba mucho que se pensase que era un madroño porque así se olvidaba el pleito y la vinculación del manzano con la historia de Adán y Eva.
Es en estas dos curiosas historias donde se mezcla la Historia y la leyenda, las que han dado origen al escudo de Madrid, donde la “osa” y el manzano, por diversas curiosidades, han pasado a ser el oso y el madroño.
TEXTO: EDURNE ZAMORA, miembro de Madrid en Ruta.
Más información sobre el Escudo de Madrid. AQUÍ. El dragón y la corona del escudo de Madrid.
Escudo de Madrid: la osa y el manzano
Tiempo de lectura: 4 minutos
Suscríbete a la newsletter de PLÁCET
Te recomendamos buenos planes cada semana.