Todo es emocionante en la Trattoria Bel Mondo, su fachada, en la calle Velázquez 39, es una invitación a la calma y el buen gusto; sus escaleras, la antesala de la diversión, y su cocina, un disfrute del recetario tradicional italiano que elabora sus platos con productos artesanales de pequeños productores locales y el linaje apasionado de su chef, el napolitano Ciro Cristiano.
La trattoria Bel Mondo abrió sus puertas el pasado mes de septiembre, inundando de color y sabor más de 900 metros cuadrados donde conviven cuatro espacios diferenciados, unas cocinas vistas y el taller de repostería. Cruzar el umbral de su puerta se convierte en un paseo excitante en el que te acompaña la música de Domenico Modugno y su «Volare», o Mina y Alberto Lupo, con su «Parole, parole«.
La primera sala es la «Music room», miles de vinilos decoran las estanterías que rodean una gran mesa alta, como antesala de la primera barra de bar. La idea es que un DJ pinche música en directo cuando las restricciones COVID nos dejen disfrutar de todas las ideas que Bel Mondo tiene a la espera para sus comensales.
Además, un salón decorado en rosa, con moqueta de motivos floral y lámparas palaciegas, nos traslada hasta un escenario acogedor, lleno de luz y detalles que arropan cada rincón. A su lado, está el salón amarillo, donde se compartirán dos largas mesas (actualmente se ha sustituido por pequeñas mesas para 4 o 6 comensales, para cumplir el protocolo COVID). Aquí podemos ver las cocinas y el obrador, y disfrutar del ritmo de la cuadrilla de cocina para ver cómo cuida cada producto con mimo, elaborando la pasta fresca o los helados, cada mañana.
Aunque el lugar favorito de la mayoría es la terraza, un vergel de plantas y árboles naturales con diferentes decorados alrededor de la segunda barra del restaurante. Sillas con cojines en forma de corazón y lonas y toldos de colores, acompañan antipasti, pizzas, pastas, burrata y toda una sinfonía de propuestas que viajan desde la cocina de las madres italianas hasta el universo actual de Ciro Cristiano.
Visualmente, Bel Mondo, es perfecto. Su ambiente te hace sentir bien y la música sigue acompañándote en todo momento… El pop italiano de Umberto Tozzi, Ramazzotti o Laura Pausini, comienza a sonar a Pavarotti.
¿Pero qué pasa con su cocina?, que está a la altura de las expectativas. Su chef Ciro Cristiano, tira de tradición y experiencia para defender los sabores tradicionales y traerlos hasta Madrid en platos auténticos llenos de sabor.
El entusiasmo de Ciro como anfitrión se traduce en un gran regalo para el paladar en cada propuesta de su cocina. De cerca, el chef de Bel Mondo disfruta de la conversación y de su experiencia madrileña.
«Quiero que la gente en Bel Mondo entre relajada y salgan contenta»
¿Qué aporta un chef napolitano a la gastronomía en el mundo, y ahora en Madrid? Me he dado cuenta de que los madrileños se parecen mucho a los napolitanos. Desde mi cultura, mi visión como chef es la de una cocina popular. En Nápoles existe un barrio que se llama quartieri Spagnoli; ahí, en sus trattorias, puedes encontrarte comiendo a un banquero junto a un obrero, un empresarios o un comerciante. Buena comida para todo el mundo.
Bel Mondo llega con tu recetario original, pero ¿has tenido la tentación de variar algo para adecuarlo al gusto madrileño? Me advirtieron de algunos gustos o costumbres de los madrileños con respecto a la cocina italiana, pero creo firmemente en que la receta deber de ser la original, porque si no es así, no saldría nunca una buena pizza. Quien venga a Bel Mondo viene a probar cocina italiana de verdad. Los cambios o las evoluciones que haga, serán porque me gustan a mi. A esta trattoria hay que venir a disfrutar de mi cocina y la de mi equipo de 40 personas, donde todos aportan.
¿Cuáles son tus secretos como chef? Me gusta añadir siempre un toque de frescura en los platos para equilibrar. Sobre todo un poquito de acidez. Ahí, mi compañero de viaje es el limón de Amalfi. Si hablamos de productos, me gustan mucho las berenjenas y el tomate San Marzano.
¿Cuál es tu plato favorito? Siempre que vuelvo a casa le pido a mi mamá que me cocine parmigiana di melanzane, un plato de berenjena, con queso Parmigiano, tomate, mozarella y albahaca.
¿Cuáles son los platos que más gustan en Bel Mondo? La «carbomama», nuestros espagueti carbonara servidos en la rueda de queso pecorino Borgo. El puerro, aunque no sea un clásico italiano, el vitello tonnato, de finas lonchas de ternera española cocinadas a 54 grados durante 10 horas y su salsa de mayonesa con atún. Y claro, nuestras pizzas.
Tu primera formación fue como pastelero, ¿Qué postre nos recomiendas? La tarta de queso, que todavía estamos mejorando, el helado de pistacho casero que se hace cada mañana y tiene una cremosidad y un sabor espectacular, o la tarta de chocolate y caramelo salado y el pastel de limón.
¿Qué productos has descubierto en España? Confieso que antes de llegar a Madrid no sabía que en España había tan buen producto. Parece que España se queda el mejor producto y exporta el resto (risas). Me ha encantado el marisco gallego, y en general, el pescado y los tomates. Pero lo que más me gusta de todo es cómo el español le gusta disfrutar de la gastronomía en general, y ese hecho tan bonito de compartir platos entre todos los que se sientan en la mesa.
¿Qué pasa en Bel Mondo cuando se junta la cultura napolitana y la madrileña? Quiero que sea una fiesta. Quiero que nadie tenga que pensar en cómo vestirse… Tampoco en lo que le va a costar la comida, porque no es caro. Quiero que entren relajados y salgan contentos. Nuestro trabajo es dar el mejor momento posible a todos los clientes.
Son las declaraciones de un chef que disfruta de todo lo que su cocina es capaz de generar.
Bel Mondo, guarda otros secretos más allá de su cocina artesana y de temporada. Entre platos sublimes como el plim de cordero con setas y parmesano, el puerro a la llama (en la imagen de portada) con salsa de cebollino, cilantro, albahaca, mostaza, limón y naranja, o los mencionados por el chef, el vitelo y las pizzas o los postres, encontramos una extensa bodega solo de vinos italianos, que recorre la geografía entre espumosos de Emilia Romagna, Chardonnay de Veneto, Rosados de Puglia, hasta los grandes Barolos y hasta la grappa, su destilado tradicional, por lo que también se convierte en lugar perfecto para descubrir estos vinos.
Las dos barras de Bel Mondo actúan como lugares de encuentro y hasta que la maldita pandemia nos deje apoyar el codo, sirven de laboratorio de coctelería de autor para acompañar platos, postres y sobremesas.
La música sigue sonando en Bel Mondo cuando hundes tu cucharilla en el helado de pistacho. Creo que acabo de oír a Vivaldi.
Trattoria Bel Mondo está en la calle Velázquez 39.
Bel Mondo cuenta con Delivery y click & collect.
