La creciente preocupación por el medio ambiente marca la dirección de las diferentes industrias y los hábitos de consumo. El libro «Armario sostenible», escrito por la periodista y experta en moda, Laura Opazo, pone el foco en este sector de consumo para proponer una manera de comprar más consciente y ética.
Hemos pedido a la autora que nos lleve por su ruta de tiendas favoritas de Madrid y este es el resultado.
Es fascinante // Lab lamarca // Amores Eternos // Vintalogy // Planeta Ganga
La cita comienza en el Barrio de Salamanca. La primera planta del número 22 de la calle Conde de Aranda acoge la tienda multimarca Es fascinante, un market place de moda lenta femenina, que trabaja con más de 100 marcas españolas, artesanas, que proponen calidad fuera de las tendencias. (Imagen de portada: Laura Opazo en la tienda Es fascinante).
Elegante
«Siempre intento fomentar un consumo inteligente y consciente, -explica la divulgadora e influencer Laura Opazo, mientras ojea blusas y vestidos en Es facinante-. Sostenible es también que una marca fabrique en España, aunque no todas sus materias primas sean 100% sostenibles. Pero producir a nivel local, favorecer el talento nacional o crear riqueza en casa, es también un concepto sostenible. Además, a nivel medioambiental es sostenible porque no hay traslados, los salarios son justos y trabajan con tejidos certificados. Es una tienda que recupera ese toque de autor con personalidad y carácter propio. Que no siguen tendencias y tienen su propia esencia. Que van a su aire, con propuestas de calidad en ediciones limitadas, para que te acompañen mucho tiempo».


Sport y casual
Un agradable paseo, atravesando el Paseo de la Castellana, nos lleva hasta el barrio de Justicia, zona Salesas, para descubrir la tienda LAB lamarca. Ropa deportiva y casual para hombre y mujer, estrictamente sostenible. Además tiene una cafetería. En esta espaciosa y luminoso tienda, Laura nos muestra una cazadora fabricada a partir de velas de kitesurf (marca Exkite) o unas sorprendentes y bonitas zapatillas biodegradables (marca Flamingo´s Life).


Retro y femenino
A pocos minutos, disfrutando de las calles de Madrid, llegamos a Malasaña para encontrarnos con Cristina Ortega -«todos me llaman Cristina Amores», nos dice- en su tienda de ropa vintage Amores eternos. Un espacio pequeño pero alucinante por lo que descubres en su interior. Ropa «estilo lady», desde los años 40 a los 80 del siglo XX. Vestidos, faldas y blusas muy femeninas, para clientas que buscan diferenciarse de la corriente dominante y se atreven con una moda exclusiva.

Cristina «Amores», es el alma y consecuencia de este espacio joya. Su dedicación a la moda es absolutamente pasional. Lo que le llevó hace años, a dejar su carrera de economista para bucear en la historia de la moda y crear este universo extraordinario. Es investigadora, estudiosa y experta en moda, una erudita a la que productoras de todo el mundo acuden para que les asesore y preste ropa de cualquier época. Parte de su trabajo es hacer el encuadre histórico del vestuario de los personajes de películas y series de televisión.

Dos tiendas más
Laura Opazo cierra la ruta de tiendas con dos recomendaciones más. Las tiendas Vintalogy y el espacio Planeta Ganga, que María Arellano, madre de la niña y actriz Mafalda, y pareja de Pablo Carbonell, abre de viernes a domingo en el restaurante Casa Varillas, de Lozoya, Madrid, para vender ropa utilizada en rodajes de cine, televisión y teatro, cedidas por actores, actrices y productoras y que después ella cede a la ONG COEM Cirujanos ortopédicos de España para el mundo. Aquí puedes encontrar ropa de tus actrices favoritas de la serie Élite o la último que ha traído la actriz Marta Hazas.

Laura Opazo: «Lo que la gente compra en las tiendas low cost no es ropa, es la sensación de poder comprar, que en muchos casos está perdiendo»
«He sido consumista pero cambié el chip el día que fui consciente de que tenía un problema que se llama oniomanía, la adicción a las compras. Algo que sufre mucha gente, pero que la sociedad de alguna manera premia y no está mal visto».
«Cuando el consumo no me satisfacía y comencé a sentirme vacía, noticas como el derrumbe de la fábrica textil de Rana Plaza, en Bangladesh (2013), fue una llamada de atención: “lo que compro tampoco contribuye a nada bueno”, pensé».
«Otra estocada fue cuando nos cuentan que el sector de la moda es el segundo más contaminante del mundo, después del petróleo. Así que en mi cabeza se ordenaron los componentes personal, social y medioambiental, y dejé de mirar a otro lado. Trabajaba en medios, hablando de moda y no quería seguir proponiendo este consumo bulímico».
«Así llegué a la ONG Setem, que gestionan la campaña de “ropa limpia” en España y luchan por poner a las personas y la naturaleza en el centro de nuestras prioridades. Me informé e hice un curso de moda sostenible para diseñadores. Entré sin pretender diseñar nada, pero si para aprender a comunicar de otra forma».
¿Qué está pasando en el mundo de la moda?
Todo va muy rápido. Nos tenemos remontar a la crisis económica del 2008 cuando los españoles pierden mucho poder adquisitivo pero no quieren dejar de sentirse clase media. Con 40 euros puedes ir a Primark y salir con varias bolsas. Estamos hablando de infra low cost. Algo diferente al fast fashion. Aunque lo que la gente compra en estas tiendas no es ropa, es la sensación de poder comprar, que en muchos casos está perdiendo.
¿Qué es caro y barato en la moda?
El baremo de precios que tenemos en nuestra mente lo ha establecido la industria low cost y pensamos que un vaquero o una camiseta tiene que costar 9,90 euros. En la moda sostenible el precio es justo, porque están pagando adecuadamente a su mano de obra, en ocasiones no hacen publicidad, por lo que no incrementan ese coste y el producto que compras en de mucha mejor calidad. Estamos hablando de un cambio en la educación. Creo que ha llegado el momento de aprender que el low cost no tiene un precio justo, hay costes medioambientales que no están imputados y otras tantas cosas que no vemos. En el otro lado, hay que valorar el trabajo y el valor que hay detrás de cada prenda sostenible.
De la misma manera que en la gastronomía, la sociedad se ha preocupado de cuidarse, entendiendo el valor nutricional y la calidad de los productos o el trabajo de los chef y sus recetas, en el mundo de la moda, hay que aprender a interpretar las etiquetas de las prendas, que todavía no son tan transparentes como las de un alimento, para exigir y preocuparse más.
¿Cuál es el perfil del consumidor de moda sostenible?
Una persona sensible al tema medioambiental, con un estilo de vida coherente que le lleva a implementarlo en el tema textil. Personas capaces de cuestionarse las cosas, que tienen un pensamiento crítico y llega hasta aquí, para seguir evolucionando.
«Hay una urgencia medioambiental que nos dice que ya no es una cuestión de la voluntad de cada individuo»
¿Eres optimista?
Sí. La preocupación se ha acelerado mucho de un tiempo a esta parte y es verdad que hay una urgencia medioambiental que nos dice que ya no es una cuestión de la voluntad de cada individuo.
¿Cuáles son las prendas que más te han sorprendido últimamente?
Cada vez hay más investigación, pluralidad de estilos y creatividad. Por ejemplo los biomateriales son sorprendentes, como la fibra de naranja, que imita a la seda, y se hace desde un deshecho, como la cáscara de naranja. Así como el piñatex, un material fabricado a partir de los desechos de la piel de piña que emula a un cuero y es espectacular. También el cuero de seta o lo que hace la empresa francesa de bolsos de lujo Thalie, que recicla escamas de pescado para convertirlas en tejido y fabricar sus bolsos. Además, tienen otra línea de cuero de cactus. (Fabricado por Deserto).
Te has convertido en una influencer que abandera la moda sostenible, ¿cuáles son tus objetivos?
Por ahora esa definición me queda grande, tengo mucho que aprender. Creo que es la ruta a seguir y quiero mantener la coherencia. Mi trabajo es dar a conocer todo esto que está sucediendo, ponerme en el lado de la sostenibilidad y demostrar que hay alternativa.
Hay que pedir que se respete nuestro trabajo, tanto como actuar respetando el trabajo de los demás. Eso es también sostenibilidad.
También me interesa mucho la economía circular, realmente no hace falta utilizar recursos nuevos, si no que a través del reciclaje de las materias primas, se pueden crear productos nuevos.

¿Sabes dónde se ha fabricado la camiseta que llevas y cuántos litros de agua se han necesitado para producirla? ¿Cuánta ropa tienes en el armario que no te pones y por qué la compraste?
Armario sostenible es una guía que repasa la historia de la industria textil y nos revela las graves consecuencias medioambientales y sociales que acarrea la moda rápida. Además, nos introduce en el mundo de las marcas sostenibles (¡sí, existen!) y propone alternativas de consumo para que seamos más respetuosos con el medio ambiente y, al mismo tiempo, logremos mejorar nuestra relación con la moda. Incluye ejercicios que invitan a la reflexión y a poner en práctica todo lo aprendido, además de tips para alargar el ciclo vital de nuestras prendas, aprender a leer las etiquetas o evitar la tentación cuando vamos de compras.
¡Transforma tus hábitos de consumo y únete a la revolución de la vida sostenible!
«Armario Sostenible» Laura Opazo. Editorial Zenith.