Recorremos las calles de Madrid para buscar retazos de la historia de algunos de los establecimientos emblemáticos en su época y que ahora siguen abiertos al público en la piel de un nuevo negocio, pero conservando parte de lo que fueron antaño.
¿Nos acompañas?
Gran Vía, 37- De sala de fiestas a tienda de moda
En 1928 el arquitecto José Miguel de la Quadra-Salcedo inaugura, en Gran Vía, 37, el Cine Avenida, en cuyos bajos se encontraba la sala de fiestas Pasapoga Music Hall, que en los años 40 tuvo su máximo esplendor y se convirtió en una de las salas más importantes del país, llegando a albergar conciertos de Antonio Machín o Frank Sinatra, entre otros.
En el año 2000 fue remodelada como club de música house para un público mayoritariamente gay, hasta 2003.
En la actualidad es, desde 2009 una tienda de moda de la multinacional sueca H&M
El edificio conserva la fachada y en su interior, las escaleras a ambos lados del vestíbulo, columnas y pinturas murales, que conviven con las últimas tendencias de la moda actual.
Calle Postas, 16- De mercería a tienda de regalos
Los orígenes de esta tienda de ropa interior y prendas térmicas se remontan a 1854, año en el que se fundó en la calle Montera, aunque no es hasta 1931 cuando Basilio Sánchez traslada el negocio a la calle Postas, 16. La Camerana, especializada en ropa interior y géneros de punto, fue un referente en Madrid, donde, además, se despachaban calcetines, guantes, mantas y ropa de bebé.
Después de 162 años de servicio, en Marzo de 2016, La Camerana cierra definitivamente al público y, desde 2017, es una franquicia de la cadena Natura, donde podemos encontrar moda y complementos, decoración, libros y todo tipo de regalos originales.
Nos cuentan que, al adquirir el local, los nuevos propietarios dejaron a la vista la parte de arriba, que antiguamente se utilizaba como almacén. El interior de la nueva tienda comparte el buen gusto de los antiguos inquilinos.
Hermosilla, 15- De teatro a tienda de ropa
El 16 de Octubre de 1925 se inaugura en la esquina de Hermosilla con Claudio Coello el Teatro Infanta Beatriz, un coliseo con un aforo para 800 espectadores concebido como sala de teatro y de cine donde, en 1933, Lorca estrena su obra Bodas de Sangre.
En 1990, tras más de setenta años como teatro, el arquitecto y diseñador francés Philipe Starck lo transforma en el Restaurante Teatriz (propiedad del Grupo Vips), reforzando la presencia de las columnas, las cuerdas de las bambalinas, la barra de mármol y los dorados del bar.
En 2011, el restaurante pasa por una nueva remodelación y se abren nuevos espacios antes ocultos para los comensales (una barra de cocina japonesa en el escenario, tapas en el vestíbulo principal y coctelería en la primera planta).
A mediados de 2014, el restaurante desaparece y se convierte en & Other Stories, boutique de la multinacional sueca H&M.
Algunos detalles del antiguo teatro-cine, como relieves y columnas, se conservan en su interior, ajenos al devenir de la moda. En lo que fue el escenario sigue estando el telar (varas donde se cuelgan focos, telones y pantallas) remodelado y un antiguo cartel, en una de las tres plantas del establecimiento, nos recuerda la cartelera de un día de cine de hace muchos años.
Hortaleza, 70- De tienda de legumbres a óptica
La Casa Robustiano Díez Obeso fue fundada en 1881 en la calle Hortaleza 90-92 (hoy nº70) y se dedicaba a la venta de semillas, simientes, granos y legumbres.
Se dice que su dueño, Don Robustiano fue uno de los pioneros de la publicidad moderna. En una de las salas del Museo de Historia de Madrid se conserva un anuncio publicitario donde se ve, en un lado, a un hombre comiendo unas «hebrudas» judías y, en el otro lado, otro hombre comiendo unas estupendas judías mantecosas de Casa Diez.
Hoy el local está ocupado por una de las dos tiendas que Óptica Toscana tiene en Madrid y que vende las gafas más modernas y exclusivas de las marcas más punteras.
Conserva su fachada, su cajonería de madera original, integrada a la perfección en el nuevo negocio, y el suelo de cerámica hidráulica.
Atocha, 57- De ferretería a restaurante
Fundada en 1888 en la calle Atocha, 57 por Esteban García de Ochandatay, un riojano con dinero y visión de negocio, la Ferretería García llegó a tener una gran cartera de clientes de todo Madrid por la diversidad y calidad de su género. Su última propietaria, Doña Mª Jesús, estuvo al frente del negocio, donde se vendían una gran variedad de objetos como cacerolas, jamoneros, paelleras, candados, tijeras y cuchillos, hasta su cierre en 2016.
Actualmente es el restaurante Ferretería by Ego, reconocido por su excelente propuesta de diferentes cortes de jamón y una buena cocina.
El mostrador original de madera roble, que ahora es la barra, es el mismo donde se despachaban herramientas y modernos utensilios traídos de Alemania, Inglaterra o Nueva York y la cajonería de madera, que «forra» las paredes de arriba a abajo, ya no guarda tornillos y herrajes en su interior, sino botellas de los mejores vinos y licores.
Además, tras la remodelación del local (que duró cerca de tres años) se descubrieron partes del mismo nunca antes expuestas, como la trastienda y las bóvedas del sótano, que pertenecieron al Real Colegio de Nuestra Señora de Loreto, de la época de Felipe II.
En su escaparate se puede leer parte de esta historia y curiosas anécdotas.
Travesía del Arenal, 1- De librería a tienda de ropa de fútbol
Fundada en 1910 en la Travesía del Arenal, 1, la Librería de los Bibliófilos Españoles era un antiguo establecimiento de venta de libros antiguos y lugar de reunión de autores españoles de gran renombre. Su propietario, un emigrante gallego y sargento carlista, llegó a publicar el Catálogo de los fondos de su librería, generando una magnífica colección de publicaciones y estudios, parte de la cual se encuentra en museos españoles.
Actualmente, el local está ocupado por Coolligan, una tienda de ropa y complementos de estilo retro inspirados en el fútbol y sus equipaciones. Cada prenda lleva una etiqueta con su historia y se presenta en un original packaging, un tubo de metal.
Conserva su antigua fachada, con azulejería obra de Enrique Guijo, pintor y ceramista español, autor, a su vez, de los azulejos de la mítica Farmacia Juanse.