El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta por primera vez en España una retrospectiva del pintor norteamericano Alex Katz (Nueva York, 1927), una de las principales figuras de la historia del arte americano del siglo XX que, a sus 94 años, todavía sigue en activo.
Alex Katz
Esta exposición está comisariada por Guillermo Solana, director artístico del museo, y cuenta con el apoyo del propio artista, que ha seguido en detalle el desarrollo del proyecto. Se han logrado reunir 35 óleos de gran formato, acompañados de algunos estudios, que permiten realizar un completo recorrido por los temas habituales de Katz: sus retratos individuales, múltiples y de grupo, alternados con sus reconocibles flores y envolventes paisajes de vivos colores y fondos planos.
Alex Katz nació en Brooklyn y creció en Queens. Hijo de inmigrantes rusos, interesados por el arte y la poesía, comenzó sus estudios en el instituto Woodrow Wilson, un centro que combinaba la formación académica y artística. En 1946 ingresó en la escuela de arte Cooper Union, de Manhattan, donde se inició en las teorías y técnicas del arte moderno. Tras su graduación, en 1949, obtuvo una beca de verano en la Escuela Skowhegan de pintura y escultura en Maine, donde le animaron a pintar al aire libre, algo que resultaría fundamental en su desarrollo como pintor y que todavía marca su trabajo en la actualidad: le dieron “una razón para dedicar mi vida a la pintura”, como él mismo explica. Un año después, repitió la experiencia.
En 1950, Katz se instaló por primera vez en Manhattan y vivió en lofts económicos de la parte baja de la ciudad. Se ganaba la vida trabajando en una empresa de enmarcados y realizando pinturas murales. En 1951 inauguró una primera exposición junto a su mujer, Jean Cohen, en la Peter Cooper Gallery, y en 1954 expuso en solitario en la Roko Gallery, ambas en Nueva York.
Exposición en Madrid
A finales de la década de 1950, y tras un periodo de dudas creativas, Katz comenzó a interesarse cada vez más por el retrato. Pintaba a su círculo de amigos y, sobre todo, a su segunda esposa y musa, Ada del Moro, a la que conoció en 1958. Se convirtió en su modelo más frecuente, siendo la protagonista de más de 1.000 obras. Katz explica que sólo quería plasmar el aspecto del retratado, su superficie, sin implicarse emocionalmente.
Fue entonces cuando se inició en los fondos planos, monocromáticos, que se convertirían en una de las características de su estilo. La figura se presenta separada del fondo, en un espacio desnudo, sin referencias espaciales, objetos ni fuentes de luz. Poco después, influenciado por la pantalla de cine y las vallas publicitarias, Katz optó por las pinturas a gran escala, lo que supuso un punto de inflexión en su carrera. Quería llevar la pintura figurativa al lienzo grande, característico de los expresionistas abstractos, algo que nadie había hecho antes.
Pero, al tiempo que aumentaba el tamaño del soporte, debía crecer también el rostro del retratado, por lo que comenzó a pintar retratos de gran formato en primer plano sobre fondos de color uniforme, con rasgos fragmentados y encuadres a menudo muy ajustados, e incluso recortando drásticamente el rostro, como puede verse en The Red Smile (1963) y Red Coat (1982), donde prevalece el rojo por encima de todo.
Planes Madrid
Exposición Alex Katz. Museo Thyssen Bornemisza. Madrid. Hasta el 11 de septiembre 2022.
Tarifas: Entrada única: Colección permanente y exposiciones temporales. General: 13 € Reducida: 9 € para mayores de 65 años, pensionistas y estudiantes previa acreditación; Grupos (a partir de 7): 11 € por persona. Gratuita: menores de 18 años, ciudadanos en situación legal de desempleo, personas con discapacidad, familias numerosas, personal docente en activo y titulares del Carné Joven y Carné Joven Europeo.
La terraza del Thyssen
Las Terrazas del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza reabren sus puertas. El icónico espacio en pleno centro cultural de Madrid apuesta por una amplia carta de cócteles inspirados en cuadros de la colección permanente y en la colección Carmen Thyssen.