La tribu de sushilovers que recorre Madrid en busca de nuevos bocados está de suerte… Y no parece sencillo destacar entre tanta oferta, pero el nuevo restaurante Wakka lo ha logrado. Un espectacular local lleno de luz, color y con un servicio impecable, sirve los nigiris con el arroz templado y buena materia prima sobre ellos. ¡Un lujo! Pero aquí no acaban las buenas noticas. Te seguimos contando.
Dos esculturas de panteras negras custodian la entrada de Wakka, un restaurante de cocina asiática, donde los nigiris son el máximo exponente de la cocina del chef Sergio y del suhiman Orangel, pero que recorre platos japoneses, chinos-cantoneses, con influencias peruanas y españolas.
Imagen de portada: Piezas de niguiris con cerveza japonesa Kirin Ichiban. (entre 2,9 y 4 € la pieza).
Wakka recibe a su comensal con una flamante barra de bar que da las primeras pistas sobre la experiencia «gastro» que acaba de comenzar. Luz natural a raudales, buena música pop sin estridencias y una bonita decoración llena de colores y detalles pensados para transportarte a un universo amable y divertido.

La parte del mostrador de cocina enseña cómo terminan los platos con salsas, flambeados y mucho cariño, antes de llegar a tu mesa. El pescado con el que se elaboran los nigiris es de primera calidad. Nos cuenta Sergio que el atún rojo es de la casa Balfegó, garantía absoluta.
Los primeros platos son una declaración de intenciones. crujientes, melosos y sabores bien conciliados aparecen en las croquetas de pulpo con mayonesa japonesa y katsuobushi.

El pollo karrage marinado en soja, el crispy kale y brécol con mayo de sésamo o las palomitas de gambones en tempura son algunos entrantes que debes probar.

La carta de vinos se completa con cervezas japonesas y sake.


Pero la cocina de Wakka destaca por comprar buen producto, tratarlo con profesionalidad y también por trabajar sin complejos su creatividad. Así, platos como el Yakipincho de carne Wagyú con cebolla crujiente o el Bulgogi de presa ibérica, son platos muy sabrosos.

De la influencia China, destaca el recetario cantonés, con dim sum y gyozas cocinados en su punto.

Y para seguir con las sorpresas, nos encantaron los «Wakka takkos», un paseo por México en busca de crujiente, algo de picante y la divertida forma de comer con las manos, en forma de taco de maíz o «guacataco» rellenos de una buena ración de steak tartar, muy bien cortado y fresco, y de rico Salmón marinado. De la misma manera, los tartares de salmón y aguacate, atún con crujiente de patata o el de toro con yema de huevo curada en soja, son grandes propuestas.


Los postres también dan la talla. Nos encantó la tarta de chocolate y volveremos pronto a probar sus tarta de queso con te macha o sus mochis.

El restaurante Wakka es una opción perfecta para disfrutar tranquilamente de una cocina cuidada y servida con afecto, y es también el lugar donde reunirte con los amigos para divertirte en un bonito escenario donde la cultura asiática se refleja en grafitis sobre las paredes o sombrillas que vuelan al revés junto al techo o de su terraza con dos ambientes, perfecta para las noches de verano. ¡Ojo, algún camarero parece salido de un cómic manga!

