Toda la energía que un ninja japonés necesitaba para hacer la guerra se concentraba en un bol de sopa al que llamaron ramen. Se trata de un potente caldo con pasta de trigo, que se antoja como el plato perfecto para el invierno. En Madrid lo podemos degustar en varios restaurantes y son los que imitan a las tabernas niponas los más originales. En Malasaña, el restaurante Ninja Ramen, propone un buen viaje al país de los diestros guerreros.
En la cocina de la izakaya (taberna japonesa) Ninja Ramen, hierven lentamente los huesos de ternera que, acompañados de puerros tostados, ajos fritos, cebolla, trufa, miso o salsa de soja, entre otros ingredientes -algunos de ellos celosamente guardados por los cocineros- se sirven en un gran bol con huevo duro, alga nori y algún pedazo de carne. Se trata de un plato contundente y de sabores potentes que se come con palillos y se termina con un cucharón que recoge el sabroso fondo.
Ninja Ramen ofrece 9 tipos de sopas japonesas y la última ha sido la de wagyu. Poderoso sabor a carne gracias a la característica infiltración de grasa de este tipo de vaca japonesa. Además, en esta taberna de la calle Barceló, 1, se cocina otros platos de ramen como el picante, con lomo de buey, de cerdo con miso, de pollo, vegetariano, de rabo de toro y hasta con curry.
En su carta también encontramos ricas tempuras, gyozas de pollo y especias, niguiris -muy rico el de huevo de codorniz-, guisos tradicionales y un interesante listado de baos, donde destaca y recomendamos, el crunchy crab con salsa de mostaza japonesa. Para beber, cervezas japonesas y sake.
Un buen trabajo en cocina -a la vista- donde la materia prima y el sabor son bien tratados para el disfrute de un comensal que puede elegir comer en la taberna, con mesas y taburetes de madera entre una animada y colorida decoración, protagonizada por farolillos de luces y juguetes japoneses vintage, que quieren transportarte al bullicio de una calle de Japón.
Si buscas un poco de tranquilidad, puede subir al segundo piso para degustar los platos en una sala ambientada como una casa del país del sol naciente, y si prefieres la privacidad y la total inmersión en su cultura, existe un reservado donde se come sentado en el suelo (actualmente, por precaución COVID solo se permite reservar para 5 personas).