Más de mil cajas nido favorecen la nidificación y mejoran la biodiversidad en Madrid.
Proporcinan espacio seguro para cría de aves insectívoras como los herrerillos, carboneros comunes, gorriones molineros y garrapinos.
Se trata de una de las acciones contempladas en el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad (PIVB) aprobado por el Ayuntamiento para gestionar y reequilibrar la infraestructura verde y el ecosistema urbano de Madrid.
Un total de 235 cajas nido se colocarán en los parques Arroyo de Rejas (San Blas-Canillejas), Fluvial de Sanchinarro (Hortaleza), Arriaga (Ciudad Lineal) y la zona del aparcamiento del Capricho (Barajas). Otras 200 irán a Latina, 160 para los parques de Las Cruces y Aluche y 40 cajas para el Pinar de San José.
Otras zonas que ya disponen de estas casas para aves incrementarán su número, como Madrid Río o Casa de Campo que, junto con el parque Forestal de Tres Cantos, sumarán un total de 210 nuevas cajas.
El Ayuntamiento también cuenta con cajas nido en otras zonas de Madrid como el paseo de la Castellana, parque del Oeste, la colonia del Manzanares o el parque Emperatriz María de Austria. En este último se han realizado diversas intervenciones para mejorar la biodiversidad como la creación de una microreserva en la zona del lago.
Están construidas con madera de pino maciza y protegidas con aceite de linaza, las cajas pesan cerca de un kilo en el momento de su instalación, un peso que llega a duplicarse tras la anidación. Durante un mes, el nido tendrá su máxima actividad. Cada día ponen un huevo y, una vez reunidos todos, los incuban a la vez durante 13 o 14 días. A partir de este momento, se alimentarán en el nido otros 14 días, periodo en el que se estima que comen de 200 a 300 insectos por día en nido (una media de seis polluelos).