Tras año y medio de obras de restauración, durante las cuales quedó cubierta por una gran lona, la Puerta de Alcalá vuelve a quedar al descubierto.
Puerta de Alcalá
la Navidad ha traído el regalo a los madrileños de recuperar la vista sobre la Puerta de Alcalá una vez terminados los trabajos de restauración.
El monumento ha sido completamente restaurado gracias a un complejo proyecto de intervención desarrollado por el Ayuntamiento de Madrid que ha durado más de once meses y ha contado con una inversión de 3,1 millones de euros.
Un monumento de 1779
El remozamiento ahora terminado ha permitido paliar el progresivo deterioro de la Puerta de Alcalá desde que quedara erigida en 1779 por decisión personal del rey Carlos III. En este largo tiempo, la climatología, con episodios extremos como el del temporal Filomena en 2021; la humedad, la polución en la ciudad e incluso algunos episodios bélicos han ido deteriorando sus materiales hasta hacer recomendable esta intervención para garantizar que perdure.
Historia de la Puerta de Alcalá
El término de esta restauración supone un hito en la historia de la Puerta de Alcalá, que en seis años cumplirá los 250 años de su construcción. La actual puerta sustituye a otra cuyo destino quedó sentenciado cuando fue contemplada en 1759 por Carlos III, que entraba por aquí a Madrid por primera vez tras asumir el trono y decidió al verla su sustitución por la que ahora conocemos.
Construida entre 1769 y 1779, según el diseño del arquitecto e ingeniero real Francisco Sabatini, la Puerta de Alcalá es una sólida construcción de cinco vanos, los tres centrales con arco de medio punto y los dos laterales adintelados y de menor altura, que desde su concepción se levantó como una estructura que debía armonizar con El Prado.
Hoy se puede contemplar la puerta aislada, sin su pasada unión con la cerca que recorría los límites del área urbana de Madrid hasta el siglo XIX. Además, la inscripción bajo el dintel superior mantiene viva la memoria del monarca que impulsó su construcción, Carlos III.
Durante sus más de 200 años de historia, se han realizado al menos cinco intervenciones en el monumento, anteriores a la recién terminada, que siempre han mantenido las huellas de los acontecimientos bélicos que se desarrollaron en sus cercanías: la entrada en Madrid del ejército francés el 3 de diciembre de 1808 durante la Guerra de Independencia, de nuevo el acceso de otro contingente militar francés en la ciudad el 23 de mayo de 1823 (el de los ‘Cien Mil Hijos de San Luis’), y una batalla de carros de combate librada en su entorno en 1939, en los últimos días de la Guerra Civil.