Desde el 22 de noviembre la nueva Plaza de España se convierte en un entorno peatonal que cambia la fisionomía del centro de Madrid para convertirlo en un lugar más amable y respetuoso con el medio ambiente, en el que el peatón es el protagonista.
Ese mismo día estará operativo el túnel que atraviesa el eje Bailén-Ferraz, lo que supondrá una importante mejora en la movilidad de la zona
- El espacio reformado dará lugar a un entorno verde, sostenible y accesible de más de 70.000 m2 que integrará todos los modos de movilidad, dando especial prioridad al peatón.
- La nueva plaza servirá de nexo entre el parque del Oeste, los jardines de Sabatini, el Campo del Moro, Madrid Río y la Casa de Campo.
La renovada plaza de España dará lugar a un entorno verde, sostenible y accesible de más de 70.000 m2 que integrará todos los modos de movilidad, pero que priorizará especialmente al peatón como forma de mejorar la calidad ambiental de un espacio en el que se han plantado más de mil de árboles.
Un nuevo túnel
También el 22 de noviembre entrará en funcionamiento el túnel que atraviesa el eje Bailén-Ferraz, lo que supondrá una importante mejora en la movilidad de la zona. El túnel resultante de la reforma suma al ya existente, que transcurría entre la calle Mayor y los jardines de Sabatini, otro tramo que llega hasta la calle Ferraz a la altura de Ventura Rodríguez en su entrada desde el norte y de la calle Luisa Fernanda en su salida desde el sur. La unión de ambas partes genera una nueva infraestructura subterránea de más de 1,1 kilómetros. Dicho túnel dará acceso a la Cuesta de San Vicente, lo que permitirá la conexión con la M-30 y con la Gran Vía.
Gracias al soterramiento del tráfico, el paso elevado de vehículos construido a finales de los años 60 se convierte en una gran plataforma peatonal que servirá de nexo entre el parque del Oeste, los jardines de Sabatini, el Campo del Moro, Madrid Río y la Casa de Campo.
Una mañana de sábado por la Plaza de España. Diciembre 2021.

El abeto de Navidad
Ya está allí el abeto de Navidad que el Ayuntamiento de Madrid ha instalado.

El árbol, una especia originaria del Caúcaso, mide 18 metros, tiene un peso aproximado de 1,5 toneladas y será adornado en los próximos días con 800 bolas y 200 caramelos. Además, contará con 150 cordones luminosos de microlámparas que suman unos 1.800 metros y 27.000 puntos de luz.