Jordi Mollá (Hospitalet de Llobregat, 1968) estrena el próximo 29 de septiembre “Operación Concha” una divertida comedia de enredo y estafas en el mundo del cine que dedica al público español. Repasamos en esta entrevista la dilatada carrera de este actor, tranquilo y buen conversador, que ha trabajado en más de cincuenta películas.

En Operación Concha interpretas a dos personajes, un andaluz y un cubano, ¿parece complicado?
Lo primero fue tener bien controlados los acentos, porque son personajes que nacen de la voz, para después dejar que el cuerpo se moviera y reaccionara a todo lo que pasa. Tuve dos coach, uno cubano y otro andaluz, con los que retocamos bastante mi guión, porque no tenía en un principio la chispa que tenía que tener. Y sí fue complicado, había días que no sabía ni quién era.
¿Te gusta hacer comedia?
Sí me gusta, aunque no es nada fácil.
¿Qué te convenció para aceptar trabajar en esta película?
Lo más importante fueron estos dos personajes. También me animó que estuviera Karra (Elejande) y otros actores o la confianza plena de Antonio (Cuadri, director), que se traduce en que no me marca, ni me ata y eso lo agradezco muchísimo.
¿Qué se aprende al lado de un actor como Karra Elejalde?
Karra es un actor que puede hacer lo que quiera, tiene un instrumento con el que puede tocar lo que le dé la gana.
Es un tío muy efervescente, muy profesional, capaz de hacer nueva cada toma, intenso y muy generoso. Y tiene el don de que cuanto más se enfada, más hace reir.
Hoy eres un actor de éxito, pero ¿cómo ha sido el camino?
Ha habido de todo. A veces puedes escoger y otras no. A veces tienes que hacer una película por una razón o por otra.
¿Hay alguna razón especial para hacer Operación Concha?
Hacía tiempo que no trabajaba en España y se la dedico plenamente al público de mi país.
¿Cómo ha sido ese ya largo periplo extranjero con películas tan importantes como Blow (2001)?
La gente se cree que a uno se lo dan todo hecho y no es así. Es difícil. Yo he tenido suerte pero también he tenido que picar mucha piedra.
¿Cuáles son los papeles que más te gusta interpretar?
Mis películas preferidas son las españolas. Es verdad que en Estados Unidos he hecho películas de culto y me lo he pasado muy bien, pero era inconscientemente porque estaba en otro territorio y me dejaba llevar por la intuición. Por ejemplo, Blow la llevo en el corazón porque me hice muy amigo de Ted (Demme, director) que falleció al año de rodar la película, con 40 años.
Pero en España he hecho películas muy chulas con las que he conectado de una manera muy especial.
Has hablado de esfuerzo y de trabajo, también de intuición, ¿cuál sería tu fórmula mágica?
La intuición es siempre una apuesta y tengo buena intuición. He dicho que no a trabajos muy gordos porque sabía que no estaba preparado para afrontarlos, pero eso también es buena intuición.

“Veo una grandísima confusión en España y en todas partes. Todo se ha vuelto frágil”
En Operación Concha también se habla de la industria del cine desde un personaje sin escrúpulos que hace Karra Elejalde, ¿Has tenido que lidiar alguna vez con gente tan desagradable?
Sí, existen estos personajes, es muy sórdido, feo, injusto y terrible.
¿Has sabido esquivarlos?
No, muchas veces han ganado ellos, sobre todo desde que comenzaron los tiempos de la crisis.
¿Eres una persona optimista o pesimista?
Digamos que soy un realista optimista. Llevo una pátina de realidad que me hace decir muchas veces “bueno, ya veremos”. Por ejemplo cuando terminé Jamón, Jamón alguien me dijo “te van a llover los contratos” y yo pensé “creo que no”, y así fue. Mi intuición me dice lo que puede hacer click o no.
¿Cómo has convivido con la fama?
Bien, hubo una época en la que no lo entendía muy bien. Pero un día me dije a mí mismo que si no quería que me pidieran fotos por la calle, “cambia de trabajo”. Tan simple como eso.
Además de actor, has dirigido y has escrito guiones y libros, ¿cómo están estas otras facetas?
Tengo ahora dos guiones, pero cada vez está más difícil levantar una película, y no sólo en España.
¿Qué está pasando?
Mucho cambio, sobre todo en cómo se consume el cine. Nuestra industria está en peligro, sobre todo por la tecnología, por encima de lo que hemos llamado piratería.
¿Qué crees que le falta a España socialmente para dar una buena zancada hacia delante?
Veo una grandísima confusión, en España y en todas partes, donde todos estamos intentado comprender qué está pasando, y me da la sensación que los que están más arriba también se preguntan lo mismo. Todo se ha vuelto vulnerable, demasiado frágil.
¿Tienes algún sueño en forma de papel?
Ese papel ya me ha llegado varias veces. Pero no tengo respuesta porque es la misma que contesta a la pregunta de ¿cómo es la mujer de tus sueños?: “el día que la conozca te lo diré”. Es verdad que hay un personaje que me han ofrecido y no he hecho; es Salvador Dalí, pero eso es muy complicado.
¿Qué te gusta hacer cuando dejas de rodar?
Pintar. Hay muchos actores y cantantes que pintan. Creo que la pintura es un lugar de creatividad donde no necesitas a nadie más. Es una gimnasia de la creatividad.
¿Has hecho buenos amigos en el mundo del cine?
Sí, muchos. Pero mis mejores amigos del cine, los más duraderos, y los veo muy poco, son Javier (Bardem) y Penélope (Cruz).
Texto: Javier Estrada Foto: Paco Navarro