Javier Gutiérrez vuelve al teatro con «Principiantes. De qué hablamos cuando hablamos de amor», una obra que dialoga sobre el amor de una forma directa y descarnada a través de cuatro personajes que comparten experiencias y anhelos.
«Principiantes» es una adaptación de Juan Cavestany de un relato del estadounidense Raymond Carver, dirigida por Andrés Lima e interpretada por Javier Gutiérrez, Mónica Regueiro, Daniel Pérez Prada y Vicky Luengo. Se estrena el 12 de enero en Teatros del Canal.
Qué alegría volver a verte en la cartelera de Madrid. Imagino que existe una necesidad de tablas y público en Javier Gutiérrez. Soy un actor educado en el teatro y nunca lo he abandonado, pero si es cierto que en los últimos años, entre las diferentes ofertas que tengo, hay proyectos de cine y televisión que han funcionado bien y eso te tiene apartado de la escena durante un tiempo. Y compaginarlo es complicado.
¿Qué es para ti el teatro? Una necesidad, como mi gasolina. Algo que no quiero dejar nunca de lado, ni que pase mucho tiempo entre un proyecto y otro.
Después de Peris-Mencheta y “¿Quién es el señor Schmitt?”, te apuntas a “Principiantes”, ¿cómo te lo cuentan? Me enamoró el texto de Juan Cavestany escrito a partir de los relatos de Raymond Carver. Una versión muy fidedigna del universo de este autor y un montaje muy sugerente y atractivo de Andrés Lima.
«El público necesita certezas y “Principiantes” no te las da. Al revés; lo que hace es dejar en el aire casi todas las preguntas»
Una gira que llega a Madrid el 12 de enero ¿Cómo se quedan los espectadores con este chute de realidad sobre el amor? Es un espectáculo nada complaciente y necesario para los tiempos que corren. El público necesita asideros o certezas y “Principiantes” no te las da. Al revés; lo que hace es dejar en el aire casi todas las preguntas.
Pese a que el amor es un tema universal, que nos atañe a todos, la obra requiere de un público muy pendiente de lo que ocurre en escena, de lo que se dice y cómo se dice. Lo que hace que el espectador se quede con un poso reflexivo cuando termina el espectáculo.
A veces, ir al teatro tiene eso. Ir al teatro puede ser un divertimento, pero yo creo que, en la butaca, al espectador le tienen que pasar cosas y tiene que haber cierto peligro o cierta incomodidad. El mejor teatro debe ser un directo a la boca del estómago que te haga salir zarandeado.
¿Qué se cuenta del amor en “Principiantes”? Hablamos del amor de una manera muy descarnada. No es un espectáculo fácil. Los temas recurrentes de Carver, como el alcohol, las relaciones de pareja, el amor, el desamor o la muerte, están en la función y nos atañen a todos. No creo que haya personas que no se hayan enamorado nunca, y aunque hayas perdido la fe en el amor, el amor no solo existe en la pareja.
«Las redes sociales son un vertedero muy nocivo y que parecen las causantes de banalizarlo todo»
Una obra que se estrena en un momento social en el que las redes sociales dan una imagen, quizás, distorsionadas de lo que es o debe ser el amor. Lo acabamos de vivir con la muerte de Verónica Forqué. Las redes sociales son un vertedero muy nocivo y que parecen las causantes de banalizarlo todo. En “Principiantes” se dicen frases muy contundentes que requiere espectadores activos.
¿Vivimos en una sociedad más frívola que nunca? Puede ser, y a lo mejor esa sociedad no quiere enfrentarse a espectáculos como este.
¿Qué te gusta de Madrid y cómo te inspira como artista? Nací en Asturias, me crié en Ferrol y mi desembarco en Madrid fue toda una aventura. Llegué con 18 años queriendo ser actor de teatro y soñando con poder vivir como aquella familia que nos contaba Fernando Fernán Gómez, en “Viaje a ninguna parte”. Y sigo soñando y fantaseando con ese chico que llegó a Madrid. Haciendo de las compañías con las que trabajo parte de mi familia y disfrutando muchísimo, cada vez más, del hecho teatral.
¿Consideras que la cultura tiene una responsabilidad? Si, sin duda. Me siento muy orgulloso de llevar un espectáculo a Tomelloso, Narón o cualquier ciudad pequeña de España y compartir el hecho teatral con personas que no tienen la posibilidad de acudir a un estreno en Madrid. En ese sentido, como actor, me identifico con ese chico que llegó a Madrid, y es un cordón umbilical que no he perdido ni quiero perder.
«Madrid es un sueño cumplido, una ciudad muy grande que el primer año creía que terminaría devorando»
¿Y la ciudad de Madrid? Madrid significa todo eso. Madrid es un sueño cumplido, una ciudad muy grande que el primer año creía que terminaría devorando y que me acogió de una manera fabulosa, como ciudad abierta que es y donde nadie se siente distinto ni foráneo.
¿Cómo resumirías ese camino? No lo tengo idealizado, pero es cierto que la suerte, en mi caso, si que ha existido. He sido muy trabajador y tenaz, algo que he heredado de mi madre, y sigo siendo así. No me gusta instalarme en la comodidad de ciertos trabajos y se cuál es mi límite.
Tres edades para el amor:
¿Qué es lo que más te llama la atención de una pareja de ancianos, de dos personas de tu generación y de dos jóvenes enamorados? En “Principiantes” se habla de cómo un anciano suspira de amor por su mujer que tras un accidente está en la cama de un hospital a la que él no puede acceder.
Me gusta ver en mis suegros ese amor puro, basado en el respeto, la confianza y el cariño, que a mi me gustaría tener cuando llegue a su edad.
Sin generalizar, en mi generación creo que hay cierto desencanto. Cada vez hay más parejas que se separan. Creo que después de soñar con proyectos de futuro, nos encontramos con que no sabes quién es la otra persona.
De los jóvenes, me gusta la experimentación. Tienen mucha libertad y no tienen ningún miedo ni barreras a la hora de hablar y relacionarse.
Teatros del Canal. del 12 de enero al 5 de febrero. Entradas de 9 a 30 €.