¿Te has preguntado cómo comenzó la historia del Real Madrid?
Para dar respuesta a estas preguntas, debemos remontarnos a los orígenes del deporte del que estamos hablando: el fútbol. El football tiene su origen en la Gran Bretaña de mediados del S.XIX, concretamente en 1863 con la fundación de The Football Assiciation, irradiándose pronto por el resto del continente europeo y el resto del mundo.
En Madrid, a comienzos del siglo XX, no existían campos de futbol propiamente dichos, por lo que se empleaban para tal fin descampados y otras instalaciones las cuales se podían adaptar a las necesidades de este deporte. Es en este contexto donde tenemos que situar los orígenes del Real Madrid y de los “campos” en los que jugaba.
Los orígenes de este equipo pueden remontarse a 1900, aunque habrá que esperar hasta 1902 para su registro como club de futbol. Desde entonces, el desarrollo de la historia de sus estadios estará asociada con la expansión de la popularidad de dicho deporte en toda la sociedad.
Desde sus comienzos hasta 1912, este equipo de futbol emplearía diversas instalaciones localizadas en Madrid, pues no poesía estadio propio. Los primeros lugares en los que realizará sus primeras disputas, así como sus entrenamientos serán descampados como el Campo de la Moncloa (en lo que hoy es la Calle Vallehermoso), el Campo de Estrada (en Altos de Velázquez), o en una explanada arrendada a la reina María Cristina y próxima a la Plaza de Toros de Goya (1903-1912), donde una taberna cercana, La Taurina, haría las veces de vestuario y lugar de almacén para los postes de las porterías. Además de ello, harían uso del Campo del Retiro entre los años 1901 y 1903, y del hipódromo de Madrid.
La progresiva popularidad del futbol en nuestro país, así como el aumento de los fieles seguidores del Madrid Club de Futbol, hicieron necesaria la búsqueda de un emplazamiento de mayor envergadura. En este sentido se proyectó el campo más moderno de la ciudad, el Estadio de O’Donnell (1912-1923), pues contaba con una importante novedad, la separación de campo de juego y espectadores mediante una valla, algo que será imitado en el resto de la ciudad y del país. Este estadio era capaz de albergar unos seis mil espectadores e incluso se llegó a levantar una tribuna para los personajes más influyentes. Si bien, el terreno sobre el cual se levantó el campo de futbol no era perteneciente al club, sino arrendado a Laurencia García Camisón y acondicionado por los propios seguidores para el buen desarrollo de los partidos de fútbol.
Los terrenos sobre los que se asentaba este Estadio de O’Donnell fueron vendidos y, por ende, el equipo hubo de buscar un nuevo emplazamiento. En esta ocasión, se aprovechó el terreno del Velódromo de Ciudad Lineal, donde se introducirá una importante novedad, pues ahora la pista de juego no será de tierra sino de césped. El Velódromo era capaz de albergar ocho mil espectadores, dos mil más que el Estadio de O’Donnell, pero contaba con un importante inconveniente: su lejanía.
Fue este problema lo que hizo que, en 1924, un año después de su llegada al velódromo de Ciudad Lineal, el club pusiera sus ojos en lo que será el primer estadio en propiedad del Madrid Club de futbol, el Estadio de Chamartín (1924-1947). El equipo había ido ganando una enorme popularidad, pues en 1923 se había proclamado campeón de la Región Centro, lo que hizo necesario la construcción de un estadio capaz de albergar a la gran masa de seguidores cosechada. Así, se construyó un estadio que contaría con quince mil localidades: el Campo del Real Madrid futbol Club, popularmente conocido como Estadio de Chamartín (en la imagen de portada).
El estadio, pese a haber sufrido cuantiosos daños durante la Guerra Civil española (1936-1939) consiguió reponerse mediante una serie de reformas. Este estadio, de ahora en adelante será conocido como “Viejo Chamartín”, pues en 1947 se inaugurará el “Nuevo Chamartín”, el sueño hecho realidad del que fue su presidente: Santiago Bernabéu, cuyo nombre recibirá el actual estadio del Real Madrid, un estadio capaz de albergar a más de ochenta mil espectadores y considerado desde 2007 por la UEFA como uno de los estadios de “élite”, es decir, de los mejores del mundo.
Nuevo Estadio Santiago Bernabéu from 24studio on Vimeo.
Los fundadores del Madrid Foot Ball Club
El matrimonio formado por Timoteo Padrós y Paula Rubió, propietarios de un comercio textil en Barcelona, tuvo en diciembre de 1869 y en noviembre de 1870 dos hijos: Juan y Carlos. Cuando contaban con 17 y 16 años, respectivamente, se trasladaron a Madrid, donde abrieron un comercio de telas llamado ‘Al Capricho’, situado en la calle de Alcalá, junto a la calle de Cedaceros. El negocio prosperó mucho y era toda una referencia en Madrid, ya que traía a la capital de España telas de importación. En la primera década del siglo XX, ‘Al Capricho’ llegó a contar con 200 empleados.
Ambos hermanos eran muy aficionados al deporte, pese a que Carlos cojeaba desde la niñez debido a un tumor que sufrió. Por eso, ambos se unieron desde sus inicios a la Sociedad Foot-ball Sky, el equipo decano del fútbol madrileño, allá por 1897. Pero tanto los hermanos Padrós como Julián Palacios, otro de los directivos, se escindieron de este club original. En 1900 crearon el Madrid Foot-ball Club, con Palacios como presidente. Pero el club no estaba formalizado, algo que ocurrió dos años después. Así, el 6 de marzo de 1902, los hermanos Padrós y Palacios decidieron darle legalidad al equipo. Fue Juan Padrós el que puso su nombre y apellidos al acta fundacional y se convirtió en el primer presidente ‘legal’ del equipo blanco. La primera sede del club, por cierto, sería la trastienda de ‘Al Capricho’.
Los primeros partidos se disputaron entre los socios, pero se marcaron como objetivo el impulso de un campeonato nacional para medirse con otros clubes españoles. Fue Carlos Padrós el que tomó la iniciativa, ya que había sido diputado por los Liberales y contaba con grandes influencias. Así, logró que naciera la Copa de la Coronación, precursora de la Copa del Rey, trofeo del que también es en parte responsable Padrós, porque se valió de su amistad con Alfonso XIII para que éste donara en 1903 una copa de plata para el ganador.
En 1904, Carlos Padrós suplió a su hermano Juan en la presidencia del club. Juan estuvo retirado del fútbol hasta que en 1912 fue requerido para hacerse cargo de la Federación Española de Fútbol, que era un ejemplo de desorganización. Ocupó el cargo un año, tiempo en el que logró organizarlo todo. De hecho, 1913 el organismo federativo se refundó para adoptar la forma que tiene actualmente. En 1915, Padrós se retiró a El Hornillo, en la provincia de Ávila, donde adquirió dos fincas y donde se convirtió en entrenador deportivo de niños. En esta localidad, alejado del ajetreo de la vida urbana, vivió hasta su muerte, el 11 de mayo de 1932.
Por su parte, Carlos fue presidente del Madrid hasta 1908, año en el que fue nombrado presidente honorario vitalicio. Tras sus experiencias futbolísticas, y al igual que su hermano Juan, se retiró al ambiente rural. Compró terrenos en San Lorenzo del Escorial y puso en marcha explotaciones aceiteras en Jaén. También continuó su carrera política, en el seno del Partido Liberal, siendo diputado por la localidad barcelonesa de Mataró. Estas actividades le llevaron a ser detenido en la Guerra Civil y fue víctima de un simulacro de fusilamiento. Pudo, no obstante, escapar hacia Francia y luego a San Sebastián. Tras la guerra retornó a Madrid y en la capital murió el 30 de diciembre de 1950.
Texto de Alberto Crespo. Madrid en Ruta.
Leer más: El nuevo Bernabéu dará a los vecinos 6000 m2 de jardines