Elena Lavellés: la artista que desentierra la historia para entender el presente

Tiempo de lectura: 11 minutos

Elena Lavellés nació en Madrid en 1981. Después terminar sus estudios en Aranjuez y de vivir y trabajar en Los Ángeles, Nueva York y Ciudad de México vuelve a su ciudad para seguir haciendo crecer a esa niña creativa convertida en una artista comprometida. Su sensibilidad para aunar arte, geología y filosofía transportan su obra y mensaje hasta discursos llenos de fuerza y actualidad que hoy parecen muy necesarios.

En esta entrevista revisamos su momento actual y lo que ha supuesto el confinamiento para su obra.

 

 
¿En qué trabajas actualmente? Estoy preparando mi próximo trabajo, Expanded Stratigraphy: Beyond Linear Materiality, que tendrá lugar en el MOCAB (Museo de Arte Contemporáneo de Belgrado) en el mes de noviembre. La cual será parte de la exposición Overview Effect, comisariada por Blanca de la Torre y Zoran Eric.
Expanded Stratigraphy: Beyond Linear Materiality explora la intersección de diversos estratos sociales con capas geológicas desplegando un tejido histórico y medioambiental centrado en la evolución de procesos de explotación de recursos naturales y humanos, evolución de clases sociales, distribución de la riqueza y creación de alternativas al agotamiento de minerales e hidrocarburos en torno al eje geográfico: España – República Checa – Serbia.
elena lavellés artista
 
«Mi obra establece una conversación geopolítica entre las diferentes regiones comprendido en un ciclo histórico-temporal de épocas que representan los cimientos de la sociedad, economía y cultura en que vivimos actualmente»
El desarrollo de este proyecto amplía a Europa la línea de investigación y trabajo que hasta ahora he venido desarrollando en los dos últimos años entre México, Estados Unidos y Brasil, y establece una conversación geopolítica entre las diferentes regiones comprendido en un ciclo histórico-temporal de épocas que representan los cimientos de la sociedad, economía y cultura en que vivimos actualmente: desde la Revolución Industrial, pasando por la expansión del capitalismo, la creación de regímenes totalitarios en Europa y el momento actual de reaparición de nacionalismos, euroescepticismo y actitudes antiinmigración. Esta evolución histórica y cultural afecta a cómo entendemos hoy en día nuestro entorno, la naturaleza y el uso que hacemos de ella.
¿Cómo llevas el confinamiento? El confinamiento me pilló por los pelos en Madrid. Acababa de llegar hacía unas dos semanas de Praga, de inaugurar una exposición en MeetFactory, y me hubiese tenido que marchar a Belgrado al poco de empezar el confinamiento. Pero se cancelaron mis vuelos y planes para realizar el proyecto, así que me tuve que quedar en Madrid y he tenido que adaptar las investigación y el trabajo por el momento a la situación actual.
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«He estado enferma de COVID19 y me vi sumergida en una burbuja de tranquilidad y trabajo que disfruté mucho»
Además, yo estuve en confinamiento desde antes de que empezara el periodo oficial porque me puse enferma y, por unos motivos y por otros, pasé mes y medio en casa de mi madre. Tuve que guardar los quince días de aislamiento recomendado y otros quince más porque no estaba claro que el virus todavía fuera contagioso después de la primera quincena. Así que, estuve encerrada leyendo, investigando, trabajando, preparando material nuevo y poniéndome al día de bastantes cosas que nunca me daba tiempo por la vida tan ajetreada a la que, en general, todos y todas estamos expuestas a diario. Por lo que me vi sumergida en una burbuja de tranquilidad y trabajo que disfruté mucho durante esa primera etapa debido a que, afortunadamente, yo no tuve a nadie de mi familia o cercana enferma durante ese periodo, lo que me dio mucha paz para poder estar haciendo lo que necesitaba. Desgraciadamente, esto no ha sido igual para muchas personas a las que esto les ha afectado de una forma personal mucho más directa y no puedo más que mandar mi apoyo y comprensión en estos momentos tan duros.
 
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«No hay un apoyo a nuestro sector por parte del gobierno, se proponen medidas para otros trabajadores pero no suficientes, ni por asomo, para los artistas visuales»
Después de ese primer periodo, todo se ha ido complicando debido a la completa incertidumbre que actualmente tenemos en general pero en especial en el mundo de la cultura y sobretodo del arte. Se nos han cancelado o retrasado todos los proyectos y trabajos, vemos que no hay un apoyo a nuestro sector por parte del gobierno, se proponen medidas para otros trabajadores pero no suficientes, ni por asomo, para los artistas visuales, las asociaciones y representantes de la cultura han presentado informes, hablado con el Ministro de Cultura y no se han escuchado estas peticiones o al menos no se han puesto medidas apropiadas. Por lo que hay un estado generalizado de angustia, inseguridad y ansiedad al que yo también me uno.
Es la segunda crisis que mi generación atraviesa. En la primera, yo me tuve que marchar del país porque comenzaba mi carrera como artista y en España no podía conseguir acceso a ninguna oportunidad que me permitiera vivir de mi profesión y, me temo, nos tememos, que lo peor esté por venir de nuevo. Aunque sigo teniendo esperanza en que muchas y muchos hemos aprendido de la lección de la crisis del 2008 y se podrán plantear otro tipo de alternativas sociales que permitan seguir viviendo con dignidad. Pero creo que esto no está tan claro en términos políticos. Al menos, por parte de los artistas y diferentes sectores culturales sí está habiendo comunicación, búsqueda de alternativas, posibles soluciones y se están reclamando.
 
elena lavellés artista
 
«Mi madre me dice que siempre he sido muy creativa, inquieta y curiosa»
¿Por qué eres artista? Desde muy pequeña y debido a ser hija única de padres separados durante muchos años, mi madre siempre me mantuvo en contacto con otras niñas y niños en actividades culturales de todo tipo: conciertos de música clásica, visitas y talleres en museos, cine, clases de piano en la escuela de música, etc. Ella me dice que siempre he sido muy creativa, inquieta y curiosa, y quería potenciar esa parte de mi aprendizaje. Así que, siempre lo intentó a pesar de no tener la situación económica más propicia siendo madre divorciada trabajadora de clase media, lo que hizo que pasara mucho tiempo con mis abuelos maternos, quienes cuidaron bastante de mí.
Mi decisión de dedicarme profesionalmente al arte llegó más tarde, mientras estaba estudiando Ciencias Geológicas y, a su vez, Filosofía. De forma un tanto casual, empecé a tomar clases de dibujo y pintura en una academía, donde me prepararon durante un par de meses para la prueba de acceso a Bellas Artes con la excusa de mantener una dinámica similar al resto de mis compañeras y compañeros. Ese verano aprobé el examen y, estando en Edimburgo viviendo y trabajando por unos meses, me replanteé mi carrera y decidí dejar en un paréntesis las ciencias y sumergirme en el mundo de las artes visuales. El cual, académicamente, me resultó un shock en mis comienzos por el cambio de pasar en Geológicas de días enteros en la universidad con miles de clases y laboratorios por las tardes, exámenes imposibles y academias de refuerzo, a otro ritmo en Bellas Artes que en un principio me pareció más anárquico.
«En Bellas Artes lo que en un principio entendí como anárquico se transformó en un mundo de posibilidades a la hora de poder crear nuevos métodos de aprendizaje y práctica que poder adaptar a quién era yo»
A pesar del impacto inicial, que perduró un par de años y de que durante la mayor parte de la carrera tuve que trabajar a la vez que estudiaba para poder pagarme tanto estudios como vida, fui aprendiendo a aprovechar al máximo esa otra estructura académica, que de lo que en un principio entendí como anárquico se transformó en un mundo de posibilidades a la hora de poder crear nuevos métodos de aprendizaje y práctica que poder adaptar a quién era yo. Un contexto también mucho más cercano a profesores y compañeras, con una dinámica más próxima a la comunidad, que me permitía dar rienda suelta a una creatividad que para mí era esencial: una intersección entre arte, pensamiento, investigación teórica y crítica.
Otro de los motivos que me animó a perseguir mi profesión como artista visual fue por los propios profesores y profesoras que me dieron clase en el CES Felipe II (Aranjuez) y el entusiasmo y cercanía que nos transmitían, lo que generó una actividad mucho más productiva entre todes les compañeres, la cual se ha mantenido pasados todos estos años entre muchas de nosotras.
Después de la carrera decidí profesionalizarme más haciendo un Máster de Arte Contemporáneo en Madrid y, al terminar, fue cuando estábamos en plena crisis económica en España. Por lo que, busqué oportunidades y becas en el extranjero, y así es como terminé en Estados Unidos hasta hace un par de años que regresé a España como “centro de operaciones”.
«En este país, el arte es más como un elemento turístico o de mero entretenimiento que algo realmente importante para generar un pensamiento crítico, una cultura de calidad y una identidad»
¿Cuáles fueron los miedos y las seguridades para dar los pasos definitivos? Inicialmente, nunca pensé que ser artista pudiese ser una carrera profesional y que mucho menos yo pudiera acceder a ese “título”. Como dice David Lynch, “me gustaba pintar y dibujar. Y a menudo pensaba, equivocado, que cuando te haces adulto dejas de pintar y dibujar, y te dedicas a cosas más serias[1].  A parte, siempre lo había visto como una especie de quimera a la que solo unos pocos acceden, especialmente hombres blancos occidentales del tipo “genio” (debí pensar en su momento en la lámpara maravillosa de Aladín y cuán fantasiosa es esa idea inexistente). Este prejuicio está muy asociado a la educación que recibimos y cómo se aprecia el arte por parte de la sociedad; en este país, más como un elemento turístico o de mero entretenimiento que algo realmente importante para generar un pensamiento crítico, una cultura de calidad y una identidad.
«Encontré como aunar mis diferentes intereses y vi las posibilidades de poder contribuir con un trabajo más social, científico y de cuestionamiento, algo que ya me interesaba desde mis estudios en filosofía»
Cuando por fin entendí que esa mentalidad es un mero convencionalismo, vi las oportunidades que el arte me ofrecía y cómo sentía mi trabajo, y pude comprender un poco más cómo funcionaba el sistema artístico -a pesar de que este último también desvirtúa lo que es el arte y la cultura en sí-. Decidí seguir hacia delante porque encontré como aunar mis diferentes intereses y vi las posibilidades de poder contribuir con un trabajo más social, científico y de cuestionamiento, algo que ya me interesaba desde mis estudios en filosofía. El hecho de poder pensar en replantear las estructuras en las que vivimos, cómo comprendemos nuestro entorno, de qué forma podemos crear alternativas… fueron mis seguridades para seguir hacia delante. Y se terminó de afianzar al ver cómo el mundo del artista se puede expandir al hacer proyectos que involucren personas, temáticas y lugares tan diversos que permiten estar en un continúo aprendizaje y tensión con una misma.
Los miedos siguen siendo muy similares a los del principio: la precariedad, el hecho de que en este país no se aprecia la investigación ni se entiende que ser artista es como cualquier otra profesión y que debería de estar regularizada al igual que las demás, la incertidumbre de que lleguen suficientes proyectos con los que poder seguir desempeñando mi trabajo y pagando las facturas, que haya una estructura profesional más estable, …
«Mi trabajo está dedicado a encontrar estrategias de resistencia cultural y social en diferentes geografías como una forma de entender el sistema político y económico en el que vivimos»
 
elena lavellés artista
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THE WITHDRAWAL Instalación de Elena Lavellés.
The Withdrawal es una instalación formada por dibujos, textos, objetos naturales encontrados en las minas de carbón de Most (República Checa), material de archivo y una videoinstalación multicanal (4 proyecciones).
El objetivo es lograr nuevas estrategias de lectura, experiencia y percepción de nuestro entorno natural y de comprensión sobre cuál ha sido el impacto de las industrias extractivas en el medio ambiente consecuencia de la evolución de la sociedad en el capitalismo y el socialismo de estado.
 
¿Cuál es la conversación que te interesa tener a través de tu obra? Estoy interesada en un terreno común de experimentación a través del trabajo individual y colectivo. Mi trabajo está dedicado a encontrar estrategias de resistencia cultural y social en diferentes geografías como una forma de entender el sistema político y económico en el que vivimos, nuestro entorno, y como una referencia para crear dinámicas alternativas de operación en la sociedad a través de la colaboración, para lo cual es esencial conocer, debatir, dialogar y participar de la vida en común con los demás, especialmente con las personas locales y sus alrededores.
Mi práctica como artista durante los últimos años ha dependido profundamente del trabajo colaborativo con otros artistas, científicos, académicos y especialmente personas afectadas por las problemáticas abordadas en mi investigación.
Como ejemplo, puedo mencionar el trabajo que desarrollé desde 2008 con PAH, Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Durante este tiempo, participé en asambleas, reuniones, protestas y desarrollé un conjunto de obras de arte que explora la historia económica, la burbuja inmobiliaria y el problema de los desalojos masivos en Madrid y Barcelona. Durante 2015 y 2016 viví en la Ciudad de México, gracias a una Beca de Excelencia del Gobierno de México, donde investigué sobre autoconstrucción y estrategias de resistencia cultural y social basadas en la vivienda y el hábitat, mientras estaba inmersa en la comunidad y diferentes dinámicas de plataformas sociales como Habitat International Coalition -HIC y “06600 Observatorio y Plataforma Vecinal” entre otras.
Y desde entonces, mi trabajo ha seguido en la misma línea colaborativa.
«Evoluciona saliendo de mi lugar cotidiano para forzarme a una falta de confort que genera experiencias desconocidas para mí y que me permite preguntarme, cuestionarme y dudar sobre quién soy y quiénes somos dependiendo de nuestra procedencia»
¿Cómo evolucionas como artista? Miro a la gente, a mi alrededor, a mi entorno social, urbano y natural, a mi familia y amigos, a las familias y amigos de otros, salgo de mi lugar cotidiano para forzarme a una falta de confort que genera experiencias desconocidas para mí y que me permite preguntarme, cuestionarme y dudar sobre quién soy y quiénes somos dependiendo de nuestra procedencia.
Intento viajar solo por proyectos y ahí profundizo en hablar con las personas, intentar entender otros contextos, otras vidas, otras fórmulas que me indican el nivel de soberbia o ignorancia que puedo/podemos llegar a poseer, y ese es uno de los momentos que más valoro de mi trabajo.
A partir de ese conflicto que se genera, puedo desarrollar un nuevo trabajo desde una perspectiva que provoque experiencias tanto en la gente que conozca y participe en el proceso, como la gente que posteriormente lo reciba al poder verlo en diferentes plataformas tanto artísticas como de la vida cotidiana.
«Los artistas actuamos como agentes dinámicos en la sociedad y somos testigos de un presente en el que podemos promover progreso y desarrollo, pero no desde un punto de vista capitalista»
Medio ambiente, capitalismo,… Injusticia social ¿Debe un artista ser activista? No sé si un artista “debe” ser un activista o no. Mi opinión es que el arte y la cultura son componentes activos del momento histórico en el que vivimos y, de ese modo, los artistas actuamos como agentes dinámicos en la sociedad y somos testigos de un presente en el que podemos promover progreso y desarrollo, pero no desde un punto de vista capitalista, sino que genere fracturas en cómo se percibe y se entiende nuestro entorno, poniendo la vida en el centro.
«Me gustaría que mi trabajo activase curiosidad, dudas, preguntas y algún descubrimiento»
¿Cuál es la actitud que debe tener el espectador ante una obra? No voy a dictar a nadie cómo debe enfrentarse a una obra, sea del tipo que sea. Cada persona tiene sus herramientas según su vida y experiencias. A mí me gustaría que mi trabajo activase curiosidad, dudas, preguntas y algún descubrimiento nuevo, pero eso es lo que me gustaría que el espectador sintiese ante mi obra.
Para cada artista, hay de muchas formas, colores, intereses y procedencias, tendrá ideas o deseos diferentes a los míos y no por eso menos legítimos o son conflictivos. Cuanta más diversidad de puntos de vista y percepción haya, más grande se hacen las posibilidades en las que el arte puede afectar a las personas.
¿Piensas que la crisis del coronavirus cambiará en algo la sociedad? Deseo que sí, pero pienso que la conciencia que ha generado en la gente debe trabajarse para que siga presente todo lo que se ha manifestado en estos meses: disminución de más de un 50% de la contaminación, cómo hemos disfrutado de ese aire limpio, ver que la vida con menos es posible, apreciar las pequeñas cosas y que la soledad no es posible, sentir la interconexión entre nuestro entorno y nosotres,…
Yo tengo una lista de notas en las que he ido escribiendo mi “diario de una coronación” para no olvidar todo lo que he podido experimentar, aprender y apreciar tanto en mí como en mi gente y alrededores durante este tiempo de confinamiento.
 
[1] David Lynch, Atrapa el pez dorado: Meditación, conciencia y creatividad. Penguin Random House Grupo Editorial España, 2018.
Ir a la web de Elena Lavellés.
Agradecimiento a ARTEINFORMADO porque fueron ellos los que nos descubrieron a la artista Elena Lavallés.
Si te gusta el arte te gustará seguir leyendo ESTO.

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