La obra de Orozco se expone en la galería de arte Gaudí como plato fuerte de una muestra colectiva.
José María López-Orozco
La realidad no es suficiente para Orozco que ha atravesado su destino imaginando campañas de publicidad, primero, y obras plásticas, después. El talento siempre estuvo ahí, salvaje y domado, cuerdo y chiflado, para definir una vida de artista que se acerca al informalismo jugando con materias y agarrándose a su poderosa capacidad de narrar, sin perder la armonía, con obras contundentes, densas, profundas y reservadas que exigen un momento de calma. Expresionismo abstracto de trazos sinceros que abren en canal experiencias que pide compartir pero que no quiere contar del todo.
La vehemencia de Orozco con el pincel relata el desasosiego y el bienestar con una energía contenida que, sin embargo, arroja vitalidad y la decisión de querer conversar desde lo material de la obra, que es también lo espiritual del artista.
La exposición de Orozco
Tres obras en papel, más dos lienzos, de diferentes momentos de la vida de José María López-Orozco, colgarán de las paredes de la Galería Gaudí, del 16 al 26 de febrero, para acercarnos a un proceso creativo que transita entre los límites del inconsciente, de lo impulsivo y lo reflexivo, lo visible y lo oculto, como manera de aproximarse al arte y explorar la vida -la suya propia y la de los demás- dialogando así desde materias, trazos y tímidas puertas entreabiertas de un maduro discernir.
Orozco pinta la vida aceptada, dejando en sus cuadros «accidentes que suceden en el lienzo» como factura de la obra y aceptación de las imperfecciones de su biografía, que dotan de una elemental franqueza para llevarnos a ese diálogo deseado entre quien cuenta y quien mira.
El Martini de Orozco
«Para mi el arte es como un buen Martini cóctel» -explica el artista mientras revisa el montaje final de la exposición- «Cinco partes de la verdad del artista y una de estética; después, es al espectador al que le corresponde poner la aceituna».
«Nos llamó la atención la elegancia de Orozco en el juego de texturas y colores»
Irene Ergueta, comisaria de la Galería de arte Gaudí, nos habla de su primer encuentro con la obra de Orozco. «Nos llamó la atención la elegancia de Orozco en el juego de texturas y colores de su obra. Son cuadros misteriosos e interactivos que te llevan a encontrar siempre algo nuevo, además del incuestionable recuerdo a Tàpies«.
«Orozco» en la galería de arte Gaudí. Calle García de Paredes, 76. Madrid.