Eduardo Casanova nació en Madrid en el año 1991, Le conocimos como Fidel en la serie de televisión Aída y este mes (9 de junio) estrena Pieles, su primer largometraje como director de cine. Una película difícil de ver, pero interesante y necesaria por lo mucho que tiene de diferente, personal e inquietante. Un detonante perfecto para volver a hablar de cine y de nuestra sociedad.
¿Ha sido tu intención hacer una película incómoda? Si, he querido establecer un mundo, una apariencia y vender incomodidad para que después el espectador conozca la película y llegue a tener otra opinión sobre ella.
Pieles es una película que tienes que ir digiriendo poco a poco. De la misma forma que cuando conoces a una persona con un físico diferente, al principio te extraña, pero después, puede parecerte una maravillosa persona o un gilipollas.
¿Qué circunstancias te llevan a escribir y dirigir esta película?
Personalmente me preocupa mucho la apariencia física; una frase con muchas lecturas. Me preocupa la obsesión por el físico y lo mucho que los cánones de belleza, a lo largo de la historia, han impedido a mucha gente ser feliz. No es que tenga una crítica contra esto, es que simplemente me fascina cómo el capitalismo pone modelos de mentira que la gente quiere seguir. Todo el mundo intentar ser de mentira, y Pieles habla de ésto.
“Me preocupa cómo la obsesión por el físico impide la felicidad”
Llaman mucho la atención muchas cosas de tu película, pero también esos escenarios siempre en rosa, ¿por qué? El rosa es un color muy estigmatizado, y me parece que si en el mundo de los colores hubiese un freak, un raro o un monstruo, sería el color rosa. También porque envolver lo raro, malformado y diferente en color rosa es más moderno y divertido.
Los productores Álex de la Iglesia, Carolina Bang y Kiko Martínez han hecho posible tu película, ¿cuál fue su primera reacción ante esta historia? Sabíamos que teníamos algo diferente, una pequeña joyita, una rara avis, pero la frase que ha quedado grabada de toda esta maravillosa historia es la de Álex de la Iglesia, en pleno rodaje, diciendo, “Edu, nos van a denunciar”.
¿Cómo ha sido el rodaje de Pieles? Increíble, como saltar cada día en paracaídas… No hubo ni un día normal.
Acabas de cumplir 26 años y te presentas con este extraño primer largometraje, ¿qué opinas de la sociedad en la que vivimos y de tu generación? Pienso que hoy vivimos rodeados de falsos discursos, de falsa intelectualidad y modernidad.
Creo que en mi generación hay grandes desastres, pero es la misma en la que también hay gente muy luchadora y con un talento impresionante.
¿Por qué eres actor y director de cine? Soy director porque es mi vida, soy director porque no entiendo la vida sin dirigir, y siempre supe que lo sería.
¿Es difícil dirigir con 24 años? De niño rodaba cortos con mi móvil e intenté rodar un largometraje con 14 años. Me hice actor con 12 años porque no podía dirigir, aunque yo ya quería estar cerca del cine. He conseguido poner en marcha Pieles con 24 (estrenará con 26 años) y pese a mi precocidad, sí me ha costado alcanzarlo, pero siento que dentro del mundo del cine me quieren mucho y me siento muy apoyado. El colegio y mis compañeros me aburrían mucho, así que necesitaba un mundo parelelo divertido, y escribía en guiones de películas. Siempre he querido estar en este lado porque la realidad me abruma, me agota, y no me interesa.
“Detesto la realidad, solo puedo crear desde lo que odio”
¿Quiénes han sido tus referentes en el cine? La realidad. Porque es lo que más detesto y creo que solo se puede crear desde lo que te obsesiona y odias.
¿Qué va a pasar el día después del estreno de Pieles? Que tendré una resaca enorme. Pero antes del estreno estoy muy nervioso y tengo miedo.
¿Preparado para asumir la crítica?
No lo sé.
¿Qué es para ti la provocación? La provocación sin discurso detrás es la nada, la frivolidad y la doble moral. Yo no pretendo provocar, simplemente quiero hablar con libertad de lo que me preocupa. Pero hay gente que cuando ve que alguien se expresa con libertad, se siente provocado.
Eres un joven con una gran personalidad, ¿de dónde sacas esa seguridad? Soy una persona obsesiva, pero el excentricismo, la locura, el rosa, lo deforme o la exageración solamente está en lo que escribo. Soy una persona ultra normal.
Eres madrileño, ¿cómo vives tu ciudad? Me encanta Madrid, es mi vida y mi ciudad. Pero como disfruto es viendo películas, leyendo, escribiendo y dirigiendo, en eso empleo el 95 por ciento de mi tiempo.
Texto: Javier Estrada. Fotografías de Jau Fornés.