«Víctimas del sueño americano» es el segundo álbum del grupo madrileño de Rock and Roll «Desvariados». Nos sentamos a tomar una caña con Adri, el cantante de la banda, en la Plaza del 2 de Mayo, después de hacer una sesión de fotos en la calle Velarde, el corazón del barrio de Malasaña.
Adri Díaz, tiene 31 años, nació en Bilbao y se crió y vive en Carabanchel, es el cantante del grupo de Rock «Desvariados», una banda de cuatro componentes que se inicia hace 8 años, aunque fue en 2015 cuando se hizo realidad la apuesta por vivir en la carretera y sobre los escenarios. Los dos últimos años como teloneros del mítico grupo Burning.
En el año 2016 sale vuestro primer disco, «Café Caimán», y ahora nos regaláis este estupendo «Víctimas del sueño americano». Una buena noticia que ratifica que vuestro plan de ser una banda de Rock está funcionando.
Durante estos años hemos crecido en los directos y a la gente le mola. Eso nos dio la oportunidad de tomarnos en serio.
Escuchar nuevos grupos de Rock and Roll es español nos recuerda lo mucho que hemos echado de menos esta música, mientras nos acostumbrábamos a disfrutar del Pop y del Indie, que todo lo han ocupado.
Creo que ahora estamos llegando a un pequeño oasis. Cuando arrancamos el Rock en España era un desierto, quedaban los de siempre, como Extremo Duro o Marea, que me flipan, pero parecía que no habría renovación ni nadie nuevo. Los Zigarros han abierto mucho camino, y a nosotros nos decían que éramos muy duros para el panorama general y muy blanditos para los rockeros de siempre. Ahora los chavales de 15 años quieren ser rockeros y ya no se dejan seducir tanto por la música urbana, que también está muy bien.
Habéis sigo teloneros de Loquillo, Rosendo y sobre todo de Burning, ¿qué ha significado recorrer ese camino?
Lo primero es que ha sido un gran aprendizaje para convertirnos en una banda profesional. Y además, lo que nos pasaba es que cuando bajábamos del escenario el público nos comentaba que agradecían mucho saber que existen bandas nuevas de Rock and Roll. El camino hasta ahora lo hemos disfrutado mucho y esperamos seguir haciéndolo.
Hemos hecho una versión de Burning en este disco («Muévete en la oscuridad») porque han sido muy importantes para «Desvariados». Nos dieron la oportunidad de hacer un master de Rock and Roll. Dos años tocando con ellos, aprendiendo desde cómo afrontar una prueba de sonido o pelear cualquier situación adversa que hay que vivirlas. Y han sido amigos, generosos y también duros, nos han puesto a currar de verdad. Nos ha espabilado mogollón y nos ha venido muy bien. Muy agradecidos.
¿Quién te metió en el Rock?
Mi padre y mi tío Julio, que me ponían los Ramones a rabo, cuando yo era muy pequeño, y me dejaban saltar en la cama. Me flipaban sus discos, y recuerdo la portada de «Acid Eaters» como algo muy impactante de mi infancia. A los 12 años me regalaron un Walkman y mi tío me regaló una cinta grabada con él con temazos en español e inglés y mi padre una de «Dinamita pa´ los pollos». Pero no me dejaba la cinta del «Salve» de «La polla records», pero se la quitaba. Después descubría a «Leño», que me encanta.
En las letras de la mayoría de los once temas del nuevo álbum se detecta a artistas jóvenes preocupados por una sociedad complicada en la que les ha tocado vivir. ¿Es importante para vosotros despertar conciencias?
Sí, para mi si. Me gusta remover. Si el Rock and Roll habla de sexo, drogas y la noche, nos gusta también llevar nuestras experiencias de vida a cada letra y contarlo como si cada canción fuera un capítulo de temas que nos preocupan, nos gustan o nos joden. Relatos para conversar y otros para pasarlo bien. Las letras tienen que revolver y ser un poco agresivas en su lenguaje para que impacten a la gente. El Rock and Roll tiene que remover algo y más ahora, en estos tiempos, donde todo parece muy blanco, muy políticamente correcto, como para no molestar a nadie, y está pasando en toda el arte. Esta sociedad tiene que despertar, dejar de ser un rebaño, tiene que volver a sentir y a transmitir.
El Rock debe ser vía de escape, diversión, pero también para señalar y despertar.
¿Es Madrid una ciudad roquera?
Si, siempre lo ha sido. Ahora no es el mjor momento, y queda un reducto… Ahora hay mucha escena, muchos bares de directo y centenares de conciertos, todos los días.
¿Cómo es el público de «Desvariados»?
Bastante heterogéneo. Se mezcla la gente joven, con ese adulto al que le despertamos esa cosita de nostalgia de tiempos mejores.
¿Qué es lo que más te gusta de ser el cantante y líder de una banda de Rock?
Empecé siendo el guitarrista del grupo, pero se fue el que cantaba y después de medio año sin tocar, volvimos a ensayar para quitarnos las telarañas y me tocó ponerme en el micro. Soy súper vergonzoso pero en el escenario me despierta ese lado que en mi vida real no tengo o no soy. Desinhibirme completamente y volverme un chulo y un prepotente. Me vengo arriba y entiendo que es mi papel. Me mola mucho desprender esa energía y es lo que la gente quiere ver, un tío diciendo lo que las cosas que tú no vas a decir.
¿Y lo peor?
La exposición. Esa responsabilidad que es un arma de doble filo, porque si tienes un día de mierda, porque mi chica se ha ido de casa, tienes que cantar y dar lo mejor de ti. Hay que saber separar.
¿Qué te inspira para escribir las letras de las canciones?
A mi no me sale contar algo bonito. Casi todo de lo que hablamos son cosas malas. No he tenido una vida chunga, aunque tuve una época en la que parecía que me gustaba revolverme en mi propia mierda, de ese pozo sales con muchas letras. También soy capaz de mirar alrededor y contarlo.
¿Cómo fue la llamada de Warner music?
Muy guay. Nos habían visto en un concierto en La Costello y al año me llamó Jose, el manager, para decirme que había posibilidad de tener una entrevista con Warner. No teníamos material nuevo y estábamos tocando mogollón. Hablamos, nos pusimos a trabajar y ha salido «Víctimas del sueño americano» (que sale a la venta en noviembre de 2020). Un subidón.
RUTA de «Desvariados» para escuchar y ver Rock and Roll en Madrid
Costello Club
Weirdo Bar
Nueva Visión
In Dreams Cafe
Fun House music bar