Bello e Bbuono se escribe con dos bes. Mariela su dueña, no sabe explicar cómo llegaron hasta esta redundancia, pero sí que viene de una frase popular italiana que significa «algo inesperado». Después de probar su cocina, se puede afirmar que escribir bbuono así, te hace detenerte y marcar con fuerza la primera sílaba de un adjetivo que sin duda merece. Toda esa energía que se descarga en la doble b, es la que tu estómago te pide que transmitas.
La Plaza de Chamberí es el escenario perfecto para un restaurante que participa desde su blanca fachada en mantener esa cauta modernidad que Madrid merece. En su interior, fuego, creatividad y un recetario clásico que sabe a salsa de tomate casera y a albahaca.
Un horno de piedra volcánica cocina pizzas al estilo napolitano a 400 grados en poco menos de dos minutos y salen riquísimas. Pero en la cocina está el chef Carmine, pura energía aderezada de pasión para cocinar grandes platos del sur de Italia con su toque personal. Aunque lo mejor que hace es replicar a la perfección la historia de su tierra.
Bello e Bbuono no es una pizzería, pero tiene pizzas, no es una trattoría, pero tiene espagueti, y sí es un restaurante italiano, porque basa su carta en platos elaborados, sabrosos y muy bien ejecutados y presentados.
Entre los platos más ricos, aunque casi todos merecerían estar en este párrafo mencionados, destacamos la milhoja de berenjenas al horno con tomate, mozzarella, provola ahumada de Agerola y albahaca (en la imagen de portada). También, las zamburiñas empanadas, la «genovese napoletana»: unos tortellini rellenos con espuma de parmesano; Rissoto con anchoas, espagueti con almejas, solomillo de ternera con crema de calabaza, carré de cordero marinada o el pulpo con crema de berenjenas ahumadas.
Si volvemos al apartado de las pizzas, que no debe despistarnos del verdadero buen trabajo de cocina y protagonista del restaurante, hay que mencionar al pizzaolo de Nápoles y su masa elaborada con una mezcla personal de harinas y su pan artesano elaborado en el restaurante.
Todo en Bello e Bbuono está cuidado para ofrecer una gran experiencia gastronómica. Al entrar te das cuenta de que quien diseñó la idea ha logrado levantar su escenario soñado y eso llega directamente al comensal.
Para terminar, hay que meter la cuchara en una ricotta con chocolate, una mousse cremosa y llena de sorpresas en forma de caramelo salado, gel de naranja o crumble de avellanas que sacará de tu boca un expresivo «Qué Bbbbbuono».
Bello e Bbuono cuenta con una buena bodega de vinos italianos y una cómoda terraza acondicionada, con vistas a la Plaza de Chamberí.