Hay que poner en valor la sensación de tranquilidad que es capaz de transmitir un restaurante. Me refiero, a saber que todo va a estar rico, que el trabajo de sala es cercano y profesional, y que la carta está llena de productos y sabores cocinados desde la capacidad de hacer disfrutar al comensal. Estamos en el restaurante Asador Gerardo.
Restaurante Asador Gerardo
Una barra espléndida recibe al comensal mostrando todas las intenciones de su propuesta: parrilla de carbón, chuletas de vaca en cámara y buenos vinos. Sobre la barra, raciones de chacinas, quesos artesanos, croquetas, boquerones y calamares fritos, buen jamón o anchoas de Santoña acompañadas de diferentes tipos de cerveza, vermuts, vinos de Jerez y una amplia y bien elegida carta de espumosos y vinos españoles.
En la sala, inundada de luz por unos ventanales que dan a un jardín, la experiencia continúa sentados en mesas de mantel blanco y ambiente tranquilo.
Carnes y pescados a la brasa
Unos callos con mucho morro (21€) son perfectos para comprender que el Asador Gerardo es un restaurante de cocina tradicional donde se compra un gran producto y el recetario se elabora desde la pausa de la cocina de toda la vida.
La ensaladilla rusa con merluza de Burela (14,50 €) está riquísima, como sus alcachofas a la parrilla que se sirven con salsa romesco y una cama de cebolla y pimiento verde asado (en temporada. 18,50 €.).
Los arroces aparecen en carta como «en caldero», siendo el marinero (23€) y el arroz con carabineros (28€) los mas demandados, pero Carlos, el jefe de sala, nos cuenta que hacen cualquier arroz a petición del cliente.
La brasa es la protagonista. El rodaballo salvaje estilo Guetaria (32€) o el rape de tripa negra al ajo y guindilla (25,50 €) son dos platazos perfectos para amantes del mar.
También los chipirones de costa a la parrilla (22€) o el lenguado de estero asado (32€).
La otra opción son las carnes. Compran tres tipos de carnes, siempre asturiana: solomillo de vaca, chuletón de vaca vieja, chuletón Rack (chuleta lomo alto), con 45 días de maduración, y en ocasiones el popular Tomahaw (chuleta de vacuno que se sirve con todo el hueso).
El chuletón al carbón de encina (31€) es el plato estrella de Asador Gerardo, pero además, está muy bueno el centro de solomillo a la brasa (26€) o platos como el pollo Coquelet braseado al romero (19€), las hamburguesas (16,50€) o el steak tartar (25,50€) elaborado en sala.
Al llegar a los postres hay que destacar que tienen obrador propio, donde también elaboran diferentes tipos de pan. Muy ricos los canutillos de crema y el hojaldre fino de manzana.
La tranquilidad del comensal se gana desde el buen hacer en cocina y la certeza de hay un equipazo trabajando muy en serio, para que la experiencia gastronómica sea muy buena.
Asador Gerardo es uno de los primeros proyectos de Gerardo Oter -Grupo Oter- en Madrid. Abrió sus puertas en 1973 y está en la calle Don Ramón de la Cruz, 86.
Javier Estrada Gutiérrez. Periodista y director de Revista PLÁCET Madrid.