Tradiciones navideñas que quizás no conocías

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El Belén de Palacio tiene su origen en el Belén del Príncipe, iniciado por Carlos IV cuando todavía era Príncipe de Asturias. Figuras napolitanas, genovesas y españolas, hicieron de él uno de los conjuntos más importantes del siglo XVIII. En los belenes napolitanos cada año se concebía un montaje diferente, tradición que se continúa en la actualidad. La entrada al Palacio Real para ver este Belén es gratuita.
 

Se acerca la Navidad y comienza toda una época de tradiciones que “hay que cumplir”. Algunas de estas se hacen para atraer la suerte de cara al año que entra, otras para atraer el amor, salud o trabajo y otras simplemente son costumbres cuyo origen es confuso o desconocido pero que de generación en generación se han ido transmitiendo a los madrileños convirtiéndose en tradiciones consolidadas. 

San Francisco de Asís, la primera persona que montó un Belén en la historia, vivió en Madrid en una humilde cabaña.

La primera de las tradiciones de la Navidad es montar el Belén, una tradición muy española que se ha ido desarrollando a lo largo de los siglos creándose auténticas obras de arte. El primer Belén fue montado por San Francisco allá por el siglo XIII en la ciudad italiana de Greccio. Como curiosidad en Madrid tenemos la basílica de San Francisco de Asís, que se construyó donde, según la tradición, estuvo viviendo el santo a las afueras de Madrid, en una pequeña cabaña.
Los belenes en Madrid son ya toda una tradición y podemos disfrutar de muchas variantes. Seamos creyentes o no, lo cierto es que algunos son verdaderas obras de arte. Los más conocidos son los belenes de la Comunidad en la Casa de Correos y el del Ayuntamiento en el Palacio de Cibeles, obra del belenista José Luis Mayo Lebrija. Junto con estos dos belenes destaca por su valor artístico el belén napolitano del Palacio Real, conocido como el Belén del Príncipe. Data del 1760 y pertenecía a Carlos III. Consta de más de 6.000 piezas y desarrolla la escena del nacimiento en el Nápoles del siglo XVIII, centrándose sobre todo en escenas cotidianas alejadas de toda santidad y religiosidad. En Madrid hay otros lugares donde podemos encontrar belenes napolitanos como en el Museo de Historia, en el monasterio de la Encarnación o el Museo de Artes Decorativas. Cabe una mención especial al belén del convento del Corpus Christi en pleno Madrid de los Austrias, al tratarse de un belén del siglo XVII, pequeño pero de gran valor artístico, con figuras barrocas procedentes de Quito, realizadas con pasta de caña. Obra de Antonio José Martínez.

El árbol de Navidad tiene su origen en Alemania y lo inventó San Bonifacio en el siglo VIII.

Poco a poco los belenes están siendo reemplazados o en el mejor de los casos conviven con los árboles de Navidad, una costumbre que por muy americana que nos pueda parecer, se trata de una tradición europea, concretamente alemana, que se remonta al siglo VIII. Cuenta la leyenda que San Bonifacio era un obispo inglés que marchó a Germania para evangelizar a sus gentes. Tras un periodo de tiempo volvió a aquellas tierras, donde comprobó que sus habitantes habían retomado sus antiguos cultos. Uno de estos cultos consistía en celebrar el solsticio de invierno sacrificando a un joven en el roble sagrado de Odín. Llevado por la ira, San Bonifacio cortó con un hacha el árbol sagrado y en su lugar colocó un abeto al cual adornó con manzanas, las cuales simbolizaban las tentaciones, y velas, que representaban la luz de Cristo.
 

Plaza Mayor. Mercadillo de Navidad.
Plaza Mayor. Mercadillo de Navidad.

Antes de tomar las uvas en la Puerta del Sol, los madrileños se lavaban la cara en la fuente al son de las campanadas.

stas tradiciones seculares conviven con algunas nuevas y otras no tan nuevas como las doce uvas. Actualmente tomamos doce uvas delante del reloj de la Casa de Correos en la Puerta del Sol, pero a finales del siglo XIX los madrileños tenían la costumbre de lavarse la cara al son del reloj en la llamada fuente de la Suerte, la cual en el 1913 se trasladó a la glorieta de Cuatro Caminos y posteriormente frente al palacio de los Vargas en la Casa de Campo.
Algunas tradiciones han ido variando y afianzándose en nuestra ciudad, como el ya tradicional encendido de las Luces de Navidad, tomar chocolate con churros en San Ginés, visitar Cortylandia, las cenas de empresa, las cestas de Navidad, comer un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor, donde también podemos disfrutar de su mercado navideño en el cual podemos encontrar todo tipo de artículos navideños y artículos de broma (siendo los más populares las pelucas de colores y los esprays de nieve). Sea como fuere, lo que está claro es que la Navidad es un tiempo donde las tradiciones son un pretexto para juntarnos con familiares y amigos para disfrutar en compañía y prepararnos para un nuevo año.
 

La Buñolería-churrería de San Ginés abrió en 1894 en el pasaje del mismo nombre. Su fama empezó cuando la gente a la salida del teatro comenzó a acostumbrarse a tomar un chocolate con churros. Este establecimiento es mencionada en la obra “Luces de Bohemia”, de Valle Inclán.
La Buñolería-churrería de San Ginés abrió en 1894 en el pasaje del mismo nombre. Su fama empezó cuando la gente a la salida del teatro comenzó a acostumbrarse a tomar un chocolate con churros. Este establecimiento es mencionada en la obra “Luces de Bohemia”, de Valle Inclán.

 
Por Luis Pérez. Historiador del arte y gestor cultural. Presidente de Madrid en Ruta, cuyo objetivo es dar a conocer el patrimonio de Madrid.

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