Delaunay, pintora de vanguardia y diseñadora

Tiempo de lectura: 6 minutos

El Museo Thyssen-Bornemisza expone hasta el 15 de octubre esta deliciosa muestra del trabajo de la artista ucraniana Sonia Delaunay (1885-1979), figura clave de la primera vanguardia parisiense que experimentó con el color y la abstracción.
Durante su larga carrera, compaginó su dedicación a la pintura con la expansión de sus ideas artísticas a los objetos de la vida cotidiana. “Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda”, primera exposición de la artista en nuestro país, tiene como propósito mostrar su multidisciplinar práctica a través de sus pinturas, sus diseños de moda y textiles o sus colaboraciones con poetas escenógrafos. También presta atención a los años que la artista residió en Madrid, donde colaboró por primera vez en el campo de las artes escénicas e inauguró una boutique, Casa Sonia, para el diseño de interiores, moda y complementos. Esta etapa madrileña marcaría su desarrollo artístico posterior, que tuvo lugar en Paris.

Este cuadro se titula Contrastes simultáneos, 1913. Óleo sobre lienzo.
Este cuadro se titula Contrastes simultáneos, 1913. Óleo sobre lienzo.

Nacida en Ucrania en una modesta familia judía, Sonia Delaunay (1885-1979) fue acogida por sus tíos maternos de San Petersburgo cuando era tan sólo una niña, de quienes recibió una educación cosmopolita. Comenzó su formación artística en 1904 en Karlsruhe (Alemania) y dos años después la continuó en París. Para no abandonar Francia, contrajo matrimonio de conveniencia con el marchante alemán Wilhelm Uhde, en cuya galería expuso por primera vez en 1908. Gracias a él conoció a artistas de vanguardia como Picasso, Braque y el propio Robert Delaunay, con quien se casó en 1910, tras divorciarse de Uhde.
A partir de entonces, el intercambio artístico entre ambos sería constante, aunque, ya desde los comienzos de su relación, Sonia se diferenciaría de su marido por compaginar los pinceles con las agujas de bordar, la decoración de interiores o el diseño de moda, convirtiéndose en una artista multidisciplinar, interesada en plasmar el lenguaje vanguardista sobre los más variados soportes, con vivos colores y técnicas diversas que recuerdan sus orígenes rusos.
Hacia 1912, la pareja se orientó hacia la abstracción y defendió los fundamentos de un nuevo arte que negaba los medios tradicionales y reposaba sobre el poder del color, lo que llevó a Robert Delaunay a desarrollar la teoría del simultaneísmo, un neologismo extraído del tratado sobre el contraste simultáneo de los colores de Eugène Chevreul, que establece que las tensiones y las vibraciones ópticas que genera la relación entre colores complementarios sugieren el movimiento conforme al modelo rítmico de la danza y la música. Los Delaunay asociaban el simultaneísmo a la vida moderna y al desarrollo urbano, y querían llevarlo a todos los ámbitos posibles.
Chaqueta diseñada por Sonia Delaunay en 1928, realizada con lino en crudo y pintura con bordados en hilo de lana verde, roja y amarilla.
Chaqueta diseñada por Sonia Delaunay en 1928, realizada con lino en crudo y pintura con bordados en hilo de lana verde, roja y amarilla.

París era, para ellos, la ciudad simultánea por excelencia y se convirtió en su fuente de inspiración, en el lugar en el que empezaron a analizar el impacto de la luz sobre los colores. Pero fue en Madrid, en 1917, donde sus experimentos por trasladar el ideario del simultaneísmo a la vida cotidiana dieron el paso definitivo a la escena pública. En la capital española, Sonia no solo comenzó sus colaboraciones con las artes escénicas, sino que inauguró una boutique en la que vendía sus creaciones de moda y de interiores. Esta etapa madrileña, de la que se cumplen ahora 100 años, supuso para ella un momento de gran experimentación y libertad que marcaría todo su desarrollo artístico posterior, a partir de la década de 1920 y ya de regreso en París. La exposición quiere reivindicar esos años de Madrid como un hito fundamental en su carrera, por lo que este periodo ocupa el capítulo central de la muestra, con un recorrido organizado en cuatro apartados cronológicos que incluye también las etapas inmediatamente anterior y posterior a su estancia en España.
Primeros años de París
A comienzos de la década de 1910, lo simultáneo designa las actividades de Sonia Delaunay, que pinta y confecciona objetos y prendas de vestir que responden a esta nueva estética colorista: una colcha de cuna para su hijo es el primer objeto calificado como simultáneo, al que siguen una caja de juguetes pintada, encuadernaciones de libros, objetos cotidianos y vestidos cosidos a base de trozos de tela. Sus experimentos vanguardistas se mezclan con influencias de las artes populares rusas.
Primera estancia en Madrid y Portugal
La Primera Guerra Mundial estalla mientras la familia Delaunay se encuentra de vacaciones en España por lo que, a finales de 1914, deciden instalarse en Madrid. Les fascina la luz de la ciudad, que les lleva a alcanzar un momento clave en sus investigaciones en torno al color. Aislados de la vanguardia, buscan inspiración entre los maestros clásicos y Sonia se inscribe en 1915 como copista en el Museo del Prado. Sus lienzos y vestidos simultáneos para el Bal Bullier dan paso a un interés por el arte popular, los cantantes y bailarines de flamenco, donde se puede reconocer un cierto retorno a la figuración. En el verano de 1915, son invitados por un grupo de artistas futuristas instalados en Vila do Conde, un pequeño pueblo en el norte de Portugal, y deciden trasladarse allí durante un tiempo. Aun así, Sonia sigue inspirándose con frecuencia en España, como puede apreciarse en obras como Gran flamenco (1915-1916) y Pequeño flamenco (1916), que se expondrán en las salas junto a varios dibujos, acuarelas y diseños realizados en esta época.
Sonia Delaunay.
Sonia Delaunay.

Segunda estancia en Madrid y el arte total
Madrid es el corazón de la exposición. Su paso por la ciudad supuso un gran giro en su carrera al conseguir poner en práctica la idea de que el simultaneísmo llegara a todos los ámbitos de la vida. Con el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia, en 1917, Sonia dejó de recibir las rentas familiares que le habían permitido una estabilidad económica hasta entonces y decide llevar a la esfera pública sus creaciones.
En la capital española, el matrimonio Delaunay coincidió con Serguéi Diághilev, refugiado también en España, y Sonia empezó a colaborar en el diseño de escenografías y vestuario para los Ballets Rusos, una relación que marcaría el inicio de la estrecha vinculación con el mundo de las artes escénicas a lo largo de toda su carrera. En este capítulo se exhibirán algunos de sus figurines y diseños de decorados para la representación del ballet ruso Cleopatra (1918), que creó en Sitges y se estrenó en Londres, así como fotos de la reforma completa que realizó para la conversión del antiguo Teatro Benavente de Madrid en un novedoso teatro-concert, y que se inauguró como Petit Casino en 1919.
“Abro una Casa Sonia de decoración de interiores” -recordaba la artista en sus memorias- “En las casas ricas, en los palacios históricos, mando a paseo los alambicados pastelones, los tonos lúgubres, las mortuorias cursilerías”. La inauguración de este negocio, que también dedicó al diseño de complementos y de moda, supone un hito en la carrera de la artista y es un importante precedente de su intensa dedicación al diseño de interiores, tejidos y prendas de vestir a partir de la década de 1920.
Recortes de periódicos y fotografías de la época permiten reconstruir este periodo en las salas y reivindicarlo como un momento decisivo en su carrera, a la vez que se acompañan de una selección de bocetos de moda y una chaqueta de lino (1928), pintada y bordada, que evoca el espíritu de lo que la prensa madrileña dio a conocer como “el estilo Sonia”.
En estos años en Madrid se relacionaron también con poetas vanguardistas, como Ramón Gómez de la Serna o Guillermo de la Torre. Recién regresada a París en 1921 e imbuida por el espíritu dadaísta, la artista decidió decorar las paredes de su casa con poemas de sus muchos amigos poetas, como el mural “abanico-poema” de Gómez de la Serna (1922). En su deseo de rebasar los límites de las artes, también diseñó “vestidos-poema”, de los que se muestran dos bocetos.
Tres vestidos para niños. 1920
Tres vestidos para niños. 1920

Regreso a París
En 1921, los Delaunay regresan a París. La experiencia en España anima a Sonia a vestir a la mujer de la ciudad con los diseños de sus cuadros, como si fueran tableaux vivants (pinturas vivas), y poco después inaugura la Boutique Simultané. En esos años colabora con grupos dadaístas y surrealistas en la producción de proyectos teatrales y cinematográficos, como en la película Le P’tit Parigot (1926), de Le Somptier. En 1925 participa con éxito en una exposición de artes decorativas y comienza a trabajar para unos grandes almacenes holandeses, Metz & Co, una relación comercial que mantendrá hasta la década de 1950.
 
 
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